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Acoso sexual: desde febrero rige un convenio que protege a las trabajadoras con las demandas del #MeToo

En Argentina 6 de cada 10 personas que trabajan padecen violencia laboral. Pero la sufren más las mujeres y personas no binarias y con mayor capacitación. A partir del 23 de febrero del 2022 rige el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo contra el acoso y el maltrato

En Argentina 6 de 10 personas que trabajan sufrieron violencia laboral. No es una excepción, es una forma de maltrabajar que está naturalizada. Mientras que 3 de cada 10 no relatan una anécdota del pasado, sino un padecimiento vigente en el empleo con el que pagan la luz, las expensas y la comida. . No es una antigüedad, es una práctica actual.

Los datos surgen de un nuevo estudio elaborado por la Universidad Nacional de Avellaneda y la Red Nacional Intersindical contra la Violencia Laboral. La encuesta cuenta con el impulso de la Iniciativa Spotlight, una alianza entre la Unión Europea y las Naciones Unidas, implementada a través de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El 78% de los casos la referencia en la encuesta es por violencia psicológica; el 67 % por situaciones de discriminación; el 52% por abuso sexual y el 35% por violencia física. La violencia laboral no impacta igual en todas las personas. 4 de cada 10 varones sufren violencia laboral. En cambio el 65,5% de las mujeres la sufren (6 de cada 10) y las personas no binarias es excepcional que no sean maltratadas ya que en el 87,6% declaran ser víctimas de maltrato en los espacios de trabajo.

Las mujeres sufren más la violencia laboral que los varones y las personas no binarias más que las mujeres y varones, según un estudio de la Universidad Nacional de Avellaneda y la Red Nacional Intersindical contra la Violencia LaboralLas mujeres sufren más la violencia laboral que los varones y las personas no binarias más que las mujeres y varones, según un estudio de la Universidad Nacional de Avellaneda y la Red Nacional Intersindical contra la Violencia Laboral

A más edad y más preparación –oh sorpresa- las cosas no mejoran: empeoran. La violencia laboral tiene mayor prevalencia en los trabajadores y trabajadoras de más de 30 años y entre quienes poseen mayores niveles educativos. En vez que los títulos den más capacidad para defenderse el empoderamiento parece generar encarnizamiento y más violencia. Es un fenómeno que va a contramano de lo que se creía. Eso apunta a que la preparación de las mujeres, lesbianas y trans no alcanza.

La solución no es que sepan más, sino que tengan herramientas para defenderse. El porcentaje de los trabajadores y trabajadoras que sufrieron acoso sexual va en aumento junto con la mayor capacitación. Las personas con título universitario completo son las que reportaron el mayor porcentaje de acoso sexual con un 65,2%, más de 10 puntos por encima de las personas con terciario completo.

La pandemia no solo trajo home office, sino maltrato office: para el 15,8% de los trabajadores y trabajadoras, las situaciones de violencia aumentaron a partir del inicio de la pandemia de COVID-19, mientras que para el 3,3 por ciento aparecieron por primera vez durante ese momento.

No es solo un diagnóstico (que deja en rojo a las condiciones laborales en Argentina), es un escenario que cambia el telón de fondo. En el 2022 se va a poder recurrir a la justicia para reclamar por maltrato laboral o acoso sexual y pedir que se cumpla con el convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El 15% de las y los encuestados  con el impulso de la Iniciativa Spotlight, considera que la violencia laboral se inició con la pandemiaEl 15% de las y los encuestados con el impulso de la Iniciativa Spotlight, considera que la violencia laboral se inició con la pandemia

Argentina es uno de los nueve países que ratificó esta norma internacional que reconoce el derecho a un trabajo libre de violencia y acoso. Nosotros estamos en un grupo sub 10 que integran, en América Latina, solo Uruguay Ecuador. En Europa están Italia y Grecia y, en el resto del mundo, Fiyi, Namibia, Somalia y Mauricio. En 50 países se está evaluando la ratificación en los parlamentos.

En Argentina, a partir del 23 de febrero del 2022, entra en vigor el Convenio 190 de la OIT. En ese momento se cumplen doce meses desde el depósito de la ratificación, el paso legal que es como la firma en la libreta de casamiento que da el “sí, quiero” institucional al amparo a las víctimas de descalificaciones, insultos, tocadas de cola o insinuaciones para tener sexo a cambio de ascensos.

La organización considera que, esa fecha, es el punto de partida para las nuevas reglas laborales sobre maltrato y acoso. Para otras interpretaciones es viable plantear ante la justicia que se considere que ya está vigente el convenio y que podrá ser citado ante litigios por despidos, renuncias forzadas o situaciones de incomodidad.

La aprobación de la norma fue publicada en el Boletín Oficial el 15 de diciembre del 2020. Sin embargo, para la OIT la hoja del calendario que cambia la historia es a fines de febrero. La abogada laboralista Fabiana Sosa explca: “A partir de febrero del 2022 se va a poder efectuar alguna denuncia internacional al estado argentino por incumplimiento en la adaptación o prescripción del Convenio 190. Por lo que comienza la etapa de control”.

El Convenio 190 de la OIT define a la violencia laboral y el acoso como un conjunto de practicas inaceptables. Comienza a regir en febrero en ArgentinaEl Convenio 190 de la OIT define a la violencia laboral y el acoso como un conjunto de practicas inaceptables. Comienza a regir en febrero en Argentina

Sosa, sin embargo, cree que en Argentina ya rige esta normativa. “Las leyes tienen vigencia al octavo día de su publicación y la ley que declaró aprobar el Convenio 190 tiene vigencia desde diciembre del 2020. A partir de ahí se torna aplicable internamente. Y antes ya había fallos judiciales que nombraban al Convenio 190 porque -aún si no hubiera sido ratificado por Argentina- al ser un tratado de derechos humanos, podría ser exigible”.

Más allá de las diferentes interpretaciones, a la vuelta de las vacaciones, junto con el armado de las capucheras y el planchado de los guardapolvos o uniformes, también se estrenan nuevas reglas laborales: las prácticas inaceptables ya no son más aceptadas, ni en el mundo, ni en el país, ni en las oficinas, ni en la virtualidad.

Las reglas laborales no van a ser las mismas el año nuevo. El 15 de diciembre se cumplió un año de la publicación en el Boletín Oficial de la Ley 27.580, que aprobó la ratificación del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, por parte del Congreso de la Nación. Y las vueltas no vinieron solo con deseos, sino con derechos.

Los sindicatos pueden capacitar a sus afiliados sobre el convenio 190 e incorporar la violencia laboral a las pautas de las negociaciones colectivas de trabajoLos sindicatos pueden capacitar a sus afiliados sobre el convenio 190 e incorporar la violencia laboral a las pautas de las negociaciones colectivas de trabajo

Según el Convenio 190 de la OIT, la violencia y el acoso en el mundo del trabajo son un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables (o amenazas de tales comportamientos) que se manifiesten una sola vez o de manera repetida, que tienen por objeto, que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género.

¿Qué cambia? “No teníamos hasta el momento una norma internacional que específicamente abordara el problema”, explica Javier Cicciaro, oficial del proyecto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Iniciativa Spotlight. ¿Antes se podía ejercer violencia en el trabajo y ahora no? No estaba permitido gritar, cachetear las piernas, hacer chistes sexuales relacionados al rendimiento laboral, entrar al baño en situaciones de intimidad, pero pasaba… como si nada pasara. “Se reconoce, por primera vez, el derecho de toda persona a un mundo de trabajo libre de toda violencia y acoso”, acentúa el representante de la OIT.

¿Cuándo se aprobó el Convenio? En el 2019, durante la Conferencia Internacional del Trabajo del Centenario de la OIT. El Convenio obtuvo 439 votos a favor, 7 en contra y 30 abstenciones. Para el organismo esto equivale a un alto nivel de consenso. En el 2015 fue la marcha multitudinaria de Ni Una Menos contra los femicidios y la violencia de género y en el 2017 el #MeToo. La palabra de las mujeres no fue en vano y produjo cambios en la legislación laboral mundial.

¿Es una iniciativa del gobierno? No, no solo no es un proyecto oficial, sino que es mundial y que fue consensuada más allá de los partidos políticos, por sindicatos y empresas. “No solo se pusieron de acuerdo gobiernos de distintos países del mundo, sino representantes de trabajadores y de empleadores. Es muy complejos que representantes de tres sectores diferentes, de 187 países diferentes acuerden un horizonte común”, destaca Cicciaro.

"Es muy complejos que representantes de tres sectores diferentes, de 187 países diferentes acuerden un horizonte común”, destaca Javier Cicciaro, de la OIT“Es muy complejos que representantes de tres sectores diferentes, de 187 países diferentes acuerden un horizonte común”, destaca Javier Cicciaro, de la OIT

¿Si hay Convenio ya no hace falta que exista una ley contra el acoso? No. Se está estudiando por parte del Poder Ejecutivo un proyecto de ley específico sobre acoso y maltrato que debería ser enviado por el gobierno al Congreso Nacional. Es una de las grandes deudas en Argentina, con leyes de avanzada en materia de género, pero con una deuda en la defensa de los derechos laborales de las mujeres.

¿Es una norma solo para mujeres? No. ¿Es una norma que protege especialmente a las mujeres? Si. “Se jerarquiza la perspectiva de géneroy se reconoce que son las mujeres las que viven una situación de vulnerabilidad y sufren de una manera desproporcional situaciones de violencia y acoso”, delimita Cicciaro.

¿Qué es abuso, qué es violencia, que es acoso? En esta época situaciones de violencia graves son minimizadas como si se tratara apenas de malos modales, rituales demodé, exigencias de calidad en los resultados. No se puede bajarle el precio a la violencia. Mientras que, paralelamente, otras situaciones que no llegan a tener la gravedad de un hecho de violencia (aunque puedan ser repudiables o modificables) son catalogadas de abuso y la palabra termina perdiendo valor por sobredosis de exposición.

Meter a todas las situaciones en la misma bolsa es un grave problema post #MeToo. Por eso, las reglas claras ayudan a ordenar, a saber que es acoso, que es violencia y que no lo es, que se puede hacer y que no se debe. Eso ayuda a las víctimas a reconocer sus derechos, a quienes tienen buena voluntad pero modos adquiridos en otra época a aggionarse y a quienes refuerzan la violencia a quedarse sin excusas para su maltrato. Las reglas claras no solo conservan la amistad, también el trabajo.

La implementación de protocolos de violencia de género en las empresas y en los sindicatos es una herramienta suficiente para prevenir el maltrato y saber como actuar ante denuncias de trabajadorasLa implementación de protocolos de violencia de género en las empresas y en los sindicatos es una herramienta suficiente para prevenir el maltrato y saber como actuar ante denuncias de trabajadoras

¿El efecto #MeToo #NiUnaMenos está expresado en la norma? Si. “Se reconoce el efecto de la violencia doméstica en el espacio de trabajo y se recogen las demandas del movimiento de mujeres. Se muestra que muchos sindicatos y empresas toman medidas para ayudar a las trabajadoras que sufren violencia en sus casas”. En este caso no se trata de violencia laboral, pero sí que una mujer que necesita tomarse días para denunciar o ir a una fiscalía no pierda su fuente de ingresos y sea acompañada por las empresas y los sindicatos.

¿El acoso es solo el que sucede en el trabajo? No. ¿Si un jefe o compañero acosa en una cena post laboral también puede ser sancionado? Si. “El Convenio habla de la violencia en el mundo laboral. No solo la violencia que sucede en la oficina, sino también las comunicaciones por relaciones de trabajo o en el transporte hacia el trabajo”, contextualiza Cicciaro.

La violencia psicológica, la discriminación, la violencia sexual y la física son las que más sufren las trabajadoras, según el relevamiento impulsado por la iniciativa Spotlight de la Unión EuropeaLa violencia psicológica, la discriminación, la violencia sexual y la física son las que más sufren las trabajadoras, según el relevamiento impulsado por la iniciativa Spotlight de la Unión Europea

¿Los beneficios son solo para las trabajadoras en blanco? “No, no es solo para los trabajadores en relación de dependencia, sino también para cualquier persona que trabaje, independientemente de su situación contractual: pueden ser pasantesvoluntarias o personas despedidas”.

¿Se puede denunciar? El 30% de las personas encuestadas declaró haber denunciado alguna situación de violencia laboral, experimentada en carne propia o por compañeras. Los sindicatos fueron los mayores mediadores. Entre quienes no realizaron la denuncia, el 27% indicó que no creyó que la denuncia sirviera de algo y casi el 20% declaró que no le pareció relevante realizarla.

¿Qué pueden hacer los sindicatos? Se recomienda que realicen capacitaciones sobre el Convenio 190 de la OIT, que implementen protocolos de acción en las organizaciones y que incluyan el tema del acoso y el maltrato en las negociaciones colectivas de trabajo.

¿Qué pueden hacer las empresas? La OIT resalta que cada vez hay más empresas que se capacitan en materia de género, prevención y abordajes sobre las violencias y que generan protocolos internos de respuesta frente a denuncias por estas situaciones.

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