El principal promotor es el brasileño, pero el argentino acompaña. También el electo presidente de Paraguay Santiago Peña. Dudas por la postura de Uruguay.
En medio del intento de revivir la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), Luis Inacio Lula da Silva, y Alberto Fernández también avanzan en la apuesta de lograr reincorporar a Venezuela al Mercosur.
La incorporación de Venezuela había sido suspendida entre fines de 2016 y principios de 2017, cuando el bloque invocó el Protocolo de Ushuaia que impone a sus miembros cláusulas de respeto a a la democracia para ser miembro pleno. Eran momentos en que arreciaba la represión del régimen chavista contra la oposición en las calles del país caribeño.
Según supo Clarín de fuentes oficiales, ahora las conversaciones para que Venezuela se reincorpore están avanzadas. El mayor promotor es el presidente de Brasil. Pero Alberto Fernández acompaña la propuesta.
Y aunque no esté en el temario oficial aún, las conversaciones continuarán en la próxima cumbre de presidentes de Puerto Iguazú, el 3 y 4 de julio próximos.
Hay otra posibilidad también de que se organice una reunión especial para más adelante. La planean para después de la asunción de Santiago Peña como presidente de Paraguay, prevista para mediados de agosto. Peña esta de acuerdo con esa reincorporación. Al menos no se opone. Lo ha dicho.
La LXII Cumbre del Mercosur en Iguazú comenzará sus debates el 3 de julio con la Reunión Ordinaria del Consejo Mercado Común (CMC), la de cancilleres, que coordinará Santiago Cafiero. En esta cumbre que se hace en la frontera de Misiones, Argentina le tiene que traspasar a Brasil la presidencia pro tempore del bloque que ejerció en estos seis meses. Para Fernández será la última, porque su gobierno culmina el 10 de diciembre próximo.
La renovación del vínculo con Maduro
Desde que envío al dirigente Oscar Laborde como embajador a Caracas, el Gobierno levantó el nivel de su vínculo con el régimen de Nicolás Maduro. Ahora todos los vienen haciendo, amparados en que, por un lado, Washington mantiene conversaciones con el régimen, y por el otro, al calor del ocaso del Grupo de Lima -que buscó aislar a la Venezuela chavista- y de la presidencia interina de Juan Guaidó en paralelo al gobierno de Maduro. Lo reconocieron a Guaidó varios gobiernos de la región -entre ellos el de Mauricio Macri- la UE, Estados Unidos y la OEA.
Laborde en Caracas, y Cafiero en la Argentina llevan las negociaciones sobre la incorporación de Venezuela en el Mercosur. Y empezarían por el retorno de los parlamentarios venezolanos al Parlasur, cuerpo al que perteneció el hoy embajador en Caracas.
Algunos plantearon invitar a Maduro a la Cumbre de Iguazú. Lula es el factor de legitimación del venezolano, al que recibió con honores el 30 de mayo en la cumbre sudamericana de Brasilia.
Pero lo de Iguazú es un tema más espinoso teniendo en cuenta de que no está clara la posición final que tendrá Luis Lacalle Pou sobre el levantamiento de la suspensión, entre otras cuestiones.
Para el caso, Maduro suspendió su viaje a la cumbre de CELAC en Argentina, de enero pasado luego de que la precandidata presidencial del PRO Patricia Bullrich, pidió a la DEA de EE.UU. que ordenara su detención.
Porque si bien Lacalle Pou. también decidió mandar embajador a Caracas en señal de “normalización” del vínculo, en la cumbre del pasado 30 de mayo dejó en claro lo que piensa de la situación de los derechos humanos y de la democracia al criticar unos dichos de Lula en su reunión con Maduro en cuanto a que los cuestionamientos contra el gobierno venezolano eran parte de una “narrativa”. También se opuso al eventual renacimiento de Unasur.
Lacalle Pou tampoco se quedó a la cena que se hizo aquel martes 30 en un claro mensaje de lo que piensa.
Gabriel Boric no fue menos duro con Lula. En cambio, Alberto Fernández se reunió con el a solas y optó por una liviana alusión a que los chavistas vuelvan a la orbita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al mismo tiempo pidió que se le levanten las sanciones que le impuso Estados Unidos y Europa.
Venezuela fue suspendida de la noche a la mañana en un diciembre de 2016. Ello se formalizó en agosto de 2017. La medida tuvo un costado turbulento porque en aquel diciembre se apareció en Buenos Aires sin ser invitada la siempre poderosa Delcy Rodríguez, hoy vicepresidenta. Entonces montó un show en las calles de Buenos Aires con marchas y todo. Pero si polémica era esa suspensión por la manera en que se hizo, también controvertida fue la incorporación como miembro pleno.
Fue en 2012 y lo decidieron la ex presidentas Dilma Rousseff, Cristina Kirchner, Jose “Pepe” Mujica aprovechando que suspendían a Paraguay por la destitución de Fernando Lugo, a lo que prácticamente consideraban las dos mandatarias un “golpe de Estado”.
Así entró Venezuela sin haber cumplido todos los pasos técnicos y económicos que, por ejemplo, si ha venido dando Bolivia para ingresar al bloque. En este caso solo depende de que lo acepte el senado brasileño -nunca lo aprobaron-. Lula promete que ahora sí lo hará.
Qué dice la suspensión
En agosto, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuatro miembros fundantes del Mercosur anunciaron:
1- Suspender a la República Bolivariana de Venezuela en todos los derechos y obligaciones inherentes a su condición de Estado Parte del MERCOSUR, de conformidad con lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 5° del Protocolo de Ushuaia.
La suspensión a la que se refiere el párrafo anterior tendrá efectos a partir de la fecha de la comunicación de la presente Decisión a la República Bolivariana de Venezuela, de acuerdo a lo previsto en el artículo 6° del Protocolo de Ushuaia.
2- Los Estados Partes definirán medidas con vistas a minimizar los impactos negativos de esta suspensión sobre el pueblo venezolano.
3- La suspensión cesará cuando, de acuerdo a lo establecido en el artículo 7° del Protocolo de Ushuaia, se verifique el pleno restablecimiento del orden democrático en la República Bolivariana de Venezuela.
4-Mientras dure la suspensión, lo previsto en el inciso iii) del artículo 40 del Protocolo de Ouro Preto se producirá con la incorporación que realicen Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, en los términos del inciso ii) de dicho artículo.