El programa, avalado por Estados Unidos, será tratado hoy durante una reunión extraordinaria en Washington. Prevé que el déficit fiscal llegue a 0 en 2025. El Gobierno dice que no habrá ajuste ni reformas estructurales
Un gesto político de Joseph Biden solicitado por Alberto Fernández hace un mes destrabó la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en una reunión de directorio fuera de agenda tiene previsto hoy avalar el borrador del programa económico y financiero que Kristalina Georgieva y su staff acordaron con Martín Guzmán y sus asesores, tras una larga batalla que se dirimió cuando faltaban pocas horas para que Argentina cayera en default.
Dos funcionarios de muchísima confianza del Presidente se reunieron -por separado- con Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, para pedir que Biden aplacara las exigencias técnicas de la Secretaría del Tesoro respecto al plan que presentó Guzmán para lograr la refinanciación de los 44.000 millones de dólares que contrajo la administración de Mauricio Macri en épocas de Donald Trump.
El movimiento diplomático fue exitoso y Sullivan logró que Janet Yellen, secretaria del Tesoro, tuviera una mirada más contemplativa sobre la propuesta técnica formulada por la Casa Rosada al FMI para obtener un crédito de Facilidades Extendidas.
Yellen abrió la mano y aceptó un plan que, según deslizan en el Gobierno, estaría a la medida de las pretensiones políticas de Alberto Fernández. Ese programa, acorde al último borrador que se manejaba anoche en Balcarce 50, presenta los siguientes aspectos:
1. Déficit Fiscal. El FMI logró que Argentina aceptará la meta de déficit cero en 2025, y admitió que en 2022 sea de 2.5 de Producto Bruto Interno (PBI). De esta manera, el ajuste fiscal es lento y permitiría evitar que frene la reactivación de los últimos meses.
2. Reformas estructurales. No están previstas para los próximos años. Fue una exigencia del jefe de Estado a Georgieva, que finalmente aceptó. En este contexto, la reforma laboral y la reforma tributaria -por citar dos casos obvios- quedaron postergadas en el tiempo.
3. Cronograma de Desembolsos. Son voluminosos en los primeros años y respetan una lógica política vinculada a la campaña electoral de 2023.
4. Marco Macroeconómico. No plantea profundas exigencias respecto a la emisión monetaria, el tipo de cambio y la reservas del Banco Central.
Antes de llegar a este principio de acuerdo, Alberto Fernández lideró un agenda política que multiplicó las reuniones en la Casa Rosada y sus contactos vía celular con Europa y Estados Unidos.
El Presidente recibió a Sergio Massa, un protagonista silencioso al momento de articular contactos con DC. Georgieva dialogó con Guzmán y con un secretario de Estado que prefiere la sombra de los cortinados, y el embajador Jorge Arguello no dejó llamada sin hacer a la Casa Blanca y al Departamento de Estado.
Mientras el Presidente conversaba con Cristina Fernández de Kirchner, chateaba con líderes internacionales y cambiaba opiniones con Santiago Cafiero, el ministro de Economía y Sergio Chodos -representante de la Argentina en el Fondo- protagonizaban múltiples reuniones con sus asesores y con el staff que responde a las órdenes de Kristalina Georgieva.
Cuando había pasado la hora del almuerzo, y todo se encaminaba a un probable acuerdo, Guzmán pidió una milanesa de pollo al horno -pechuga- con ensalada de repollo para aplacar la ansiedad de las negociaciones. A su lado, con la atención clavada en su celular, Chodos avanzaba sobre una ensalada Cesar que terminó en escasos minutos.
Fue el único recreo que tuvieron en el día. A las dos de la madrugada, Guzmán y Chodos continuaban ajustando la presentación que se haría hoy ante el board del Fondo Monetario Internacional.
La reunión de directorio está prevista para los 8 AM de Washington (10 de la Argentina). Lo logrado hasta ahora no implica que el board actúe con mansedumbre cuando se discuta el principio de acuerdo que habilita la refinanciación del crédito Stand-By concedido al gobierno de Macri.
Los directores de Estados Unidos, Japón, Alemania, Canadá y Australia -por ejemplo- plantearan objeciones y ello pueda implicar que el borrador del acuerdo tenga ciertos modificaciones. Sin embargo, Alberto Fernández tiene la palabra de la Secretaría del Tesoro y del Departamento de Estado, y esos compromisos geopolíticos valen más que los cuestionamientos que se presenten en el board.
Cuando Guzmán y Chodos informen al Presidente que hubo aval del directorio al principio de acuerdo cerrado por el Staff y el Palacio de Hacienda, Balcarce 50 pondrá en marcha una hoja de ruta que tendría hoy las siguientes etapas:
1. Comunicado del board del FMI informando lo acordado con Argentina.
2. Comunicado del Ministerio de Economía ratificando el anunció del Fondo.
3. Discurso de Alberto Fernández o presentación del acuerdo junto al ministro Guzmán.
4. Pago de la deuda de 731 millones de dólares quevence hoy.
Alberto Fernández aguardará las novedades en Olivos y luego partirá hacia la Casa Rosada. Prepara un discurso que imagina una bisagra en su gobierno, atravesado por la pandemia, la pobreza y la crisis económica.