Son unos 500 mil hogares y las facturas actuales que promedian $ 1.000, rondarían $ 3.000. Para la clase media el ajuste estará en torno al 42%.
Las audiencias públicas de luz y gas, que se celebrarán entre el 10 y 12 de mayo, determinarán tres clases de aumentos. Superarán el 200% para el decil de población de mayores ingresos, mientras que promediarán el 42,7% para el grueso de los usuarios. Los beneficiarios de tarifa social experimentarán una suba del 21,4%.
La suba al decil de mayores ingresos es la más complicada de determinar. “Se considera que existe un segmento asociado al 10% de hogares con mayor capacidad de pago que está en condiciones de afrontar el costo pleno de generación sin necesidad de ser beneficiario de subsidios por parte del Estado Nacional”, dice un informe de la subsecretaría de Planeamiento Energético, que depende de la secretaría de Energía.
Esa recomposición -que afectaba a 500.000 clientes en Buenos Aires- se estimaba en torno al 200%. Pero ese cálculo fue hecho antes de la invasión rusa a Ucrania. El costo de la generación eléctrica y el gas subió durante el último mes y medio. Hoy, afrontar el costo “pleno” podría suponer incrementos que ronden entre el 250% y 300%.
Una factura de $ 1.000 mensuales en uno de los trece barrios de alto poder adquisitivo (en ciudad de Buenos Aires o el corredor norte del conurbano) podía subir a un rango de entre $ 3.000 y $ 4.000.
El “precio estacional de la energía” en electricidad y el “precio de ingreso al sistema” en gas son los dos renglones con más peso en las boletas. El Estado los subsidia casi el 70% de ese costo. Así se explican los subsidios por US$ 11.000 millones en 2021.
En caso de tener que pagar el total del costo, las boletas se triplicarían o más.
“La razonabilidad del mayor incremento en este segmento también se ve justificada en el hecho de que destinan un porcentaje menor de sus ingresos a los servicios energéticos”, justifica el Gobierno. La secretaría de Energía hizo un estudio sobre cuántos exceptuados podría haber en las zonas denominadas de altos ingresos. Son menos de 2.500 usuarios en un universo que supera el medio millón.
La segmentación comprenderá tanto a los usuarios de luz como de gas. En Buenos Aires, el padrón que se utiliza para quienes paguen “costo pleno” en electricidad también se aplicará en gas. Pero no está claro qué sucederá en el interior, ni con la distribución eléctrica ni con las concesiones de gas.
“Para que la política de subsidios también tenga un componente gradual, en este segmento intermedio las actualizaciones tarifarias no deben superar el 80% de la variación que tuvo el CVS durante el año anterior. Con ello, queda establecido que las tarifas no deben incrementarse en más de un 42,7%”, anuncia el trabajo de la subsecretaría de Planeamiento Energético de cara a las audiencias públicas.
Un aumento del 40% al 42%, llevaría las facturas de luz de cerca de $ 2.000 bimestrales a menos de $ 3.000 cada dos meses ($ 1.400 mensuales) para la mayoría de los clientes, según estimaciones del sector.
El presidente Alberto Fernández confirmó que los incrementos de tarifas estarán por debajo del crecimiento del coeficiente de variación salarial anual, que dio 53% en 2021.
La composición de los clientes de Edenor modifica ligeramente los datos, pero la tendencia es parecida. El 80% de los hogares paga un promedio de $ 944 por mes. Y cuatro de cada 10 clientes de esa concesión abonan menos de $ 550 mensuales.
“Debe incorporarse un segmento intermedio que, si bien está en condiciones de afrontar mayores incrementos, también debe procurarse la recuperación de sus ingresos en el mismo sentido que el segmento de mayor nivel de subsidios, observa la secretaría de Energía.
Los usuarios de luz y gas ya pagan un aumento del 20% desde marzo. En junio, correrá un incremento adicional promedio del 21,5%. El mismo puede variar según la región, y la categoría de consumo, según informaron fuentes oficiales.
En el caso del servicio eléctrico, los clientes de Edenor y Edesur afrontarán una suba adicional del 17,5% a la que ya tuvieron en marzo, según la secretaría de Energía. También puede haber variaciones según la categoría residencial.
Los usuarios de tarifa social resultarán los menos afectados. Este segmento de la población debe tener una actualización de sus tarifas de servicio público sensiblemente menor a la variación de sus ingresos para que puedan recomponer de forma más significativa sus ingresos reales y no comprometer el acceso a la energía”, los describe el Gobierno.
Su aumento “no debe superar el 40% de la variación que tuvo el Coeficiente de Variación Salarial (CVS) durante el año 2021. “Dicho indicador tuvo una variación del 53,4% por lo que los incrementos en este segmento no deben superar el 21,4%”, especifica la secretaría de Energía.
En gas, ya existe un esquema de tarifa social único a nivel nacional pero no sucede lo mismo para la energía eléctrica donde las distintas jurisdicciones definen y aplican sus propios criterios de tarifa social.
Los beneficiarios de tarifa social no recibirán incrementos adicionales con respecto al 20% de marzo. En cambio, los clientes de Edesur y Edenor que están en esa categoría abonarán un 6% adicional.
Aún resta definir qué pasará con las distribuidoras eléctricas del interior. Cammesa les cobrará un 20% por la electricidad. Ese aumento en los costos podría reflejarse en aumentos en las facturas de los clientes. Las distribuidoras del interior vienen aplicando subas en 2020 y 2021, cuando Edesur y Edenor solo fueron autorizadas a un incremento del 9% en ese período.