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Osos de peluche, entre otros, llevaban mensajes en representación de menores abusados.
Una multitudinaria protesta contra el abuso sexual infantil tuvo lugar este jueves en Bogotá, Colombia, con la particularidad de haber tenido como “protagonistas” a cientos de juguetes en el lugar y bajo el lema “Soy Su Voz”.
El acto se llevó a cabo por séptima vez en la capital colombiana, más precisamente en la icónica Plaza de Bolivar y fue organizada por la organización internacional Aldeas Infantiles SOS.
El objetivo, reporta la agencia AP, es sensibilizar a la sociedad y hacer un llamado al Estado para que tome acciones contra el abuso infantil, ya que los casos se han elevado en los últimos años.
El lugar elegido, lindero con el Congreso Nacional, tuvo fuertes imágenes como la de un oso de peluche sobre el que se leía: “Soy el juguete de Miguel Ángel, de 2 años. Él ya no jugará conmigo porque el pasado 15 de septiembre un adulto le quitó la vida después de abusarlo”.
Según Medicina Legal, el instituto encargado de los servicios forenses en el país, en 2021 se realizaron 18.478 exámenes por presunto delito sexual a menores de 18 años, cifra que en 2022 ascendió a 20.877 y que entre enero y septiembre de este año se ubicó en 14.770.
“El número (de víctimas) sigue creciendo, desafortunadamente, porque la respuesta estatal no ha sido lo suficientemente efectiva”, le dijo a AP Esteban Reyes, director nacional de Aldeas Infantiles.
Alejandro Ruiz, asesor nacional de abogacía de Aldeas Infantiles, detalló por su parte que el nivel de impunidad alcanza el 97% dado que de cada 10 casos ni siquiera uno termina en condena.
Reyes señaló además que en la región existe una gran preocupación sobre este flagelo y que, a la falta de respuestas por parte de los diferentes Estados se suma “una tolerancia cultural frente a este tipo de prácticas”.
En el caso de Colombia se suma la vulnerabilidad adicional de los niños migrantes. Según Reyes, en el trabajo que realizaron con población migrante en lugares que suelen ser de tránsito constante, como Norte de Santander o La Guajira, fronterizo con Venezuela, notaron que hay “muchos menores no acompañados” más vulnerables a ser violentados.
“El subregistro en este caso es aterrador, la situación es incluso peor que la que se presenta con los niños nacionales, dado que no hay una visibilización de ese fenómeno”, advirtió Reyes.
Con información de AP
DB