La víctima tiene 24 años y estaba internada por una afección renal. En el fallo, el TOC N° 15 resolvió que el trabajador de la salud deberá cumplir dos años de prisión en suspenso, realizar un tratamiento psicológico y asistir a un curso de violencia de género con perspectiva terapéutica en lo sexual
Un enfermero de la Fundación Favaloro fue condenado a dos años de prisión en suspenso por drogar y abusar sexualmente de una paciente en agosto de 2020. También deberá realizar tratamiento psicológico y asistir a un curso de violencia de género con perspectiva terapéutica en lo sexual.
La decisión fue adoptada por el Tribunal Oral en lo Criminal y correccional N° 15 de la Capital Federal, presidido por la jueza de cámara Virginia Sansone y el secretario Ad Hoc Gonzalo Daniel Pesqueira, y recayó sobre Julio César Cruz Hinostroza, de 36 años, nacido en Perú y sin antecedentes penales, quien reconoció su culpabilidad durante un juicio abreviado.
En el fallo de 21 páginas, al que accedió Infobae, el TOC ordenó que se investigue si otro enfermero de la Institución participó del abuso o fue cómplice, como denunció la víctima. Hasta el momento las evidencias, en su mayoría basadas en las imágenes de las cámaras de seguridad internas que aportó la clínica, solo muestran la participación de Cruz Hinostroza.
El hecho por el que condenaron al trabajador de la salud sucedió el lunes 31 de agosto de 2020, entre las 2:46 y 3:01 de la madrugada, en uno de los anexos de la Fundación Favaloro, ubicado en avenida Belgrano 1723 en Capital Federal.
En calidad de enfermero, Cruz Hinostroza ingresó a la habitación N° 705 del séptimo piso, donde estaba internada la paciente y, “aprovechándose de su estado de somnolencia”, abusó sexualmente de ella.
“(…) La condujo hasta el baño de la habitación, donde procedió a desvestirla y realizarle tocamientos de sus pechos y genitales -sin ser consentida dicha acción-, aprovechándose del estado de somnolencia en que la misma se encontraba, producto de la prescripción de medicamentos y sumado a la incorporación de ‘bendoziacepinas’ que el nombrado le suministró sin encontrarse recetadas, lo que agravó aún más su estado de vigilia (…)”.
La joven de 24 años había sido intervenida en la Fundación el 25 de agosto de 2020: le practicaron una angioplastía renal y le colocaron un stent en la vena renal. Tres días más tarde, sin embargo, regresó al centro de salud con “fuertes dolores abdominales” y volvió a quedar internada. Fue durante ese período que Cruz Hinostroza abusó de ella.
Según se comprobó en la investigación, el enfermero le dio a la joven benzodiazepinas, un psicofármaco que “no estaba recetado por los médicos”, y que “agravó aún más su estado de vigilia” ya que tiene “una acción sedante, ansiolítica, miorrelajante, anticonvulsivante, hipnótica y amnésica”.
Las imágenes de las cámaras de seguridad no dejan lugar a dudas. Entre los días 30 y 31 de agosto de 2020, Cruz Hinostroza ingresó a la habitación de la víctima una decena de veces. En una de las entradas, justamente la que coincide en hora y fecha con el hecho y que duró más de 15 minutos, se observa al enfermero ingresar con lo que podría llegar a ser un conjunto de sábanas blancas.
“(…) Con la excusa de que debía cambiar las sábanas de su cama y su pijama, porque se encontraban mojados, tomó a la paciente de los brazos, la condujo al baño de dicha habitación, la colocó sobre el inodoro y le quitó la parte superior e inferior del pijama que tenía colocado, efectuando tocamientos sobre sus partes íntimas (…)”.
A la mañana siguiente, la víctima se despertó en su cama, alrededor de las 8.30, “con mareos y la visión distorsionada”. En ese momento, según denunció más tarde, se dio cuenta que llevaba puesta una bata de la Institución y de que su pijama estaba colgado en el barral del baño. “La situación le permitió acordarse lo ocurrido, sintiendo además dolores en la zona vaginal”, apunta el fallo.
También asegura que, de acuerdo al testimonio de la joven, fueron dos las personas que la llevaron hasta el baño y le quitaron la ropa. Por eso es que todavía se investiga si otro enfermero de la Institución participó del abuso o fue cómplice.
Luego de que la Dirección Médica y la Auditoría Médica de la Fundación Favaloro tomaran conocimiento de lo ocurrido, se realizó un denuncia policial y se aplicó el protocolo para víctimas de delitos contra integridad sexual.
Desde la Institución, en tanto, colaboraron con la investigación no solo a partir del suministro de las imágenes de las cámaras de seguridad internas, sino también aportando los legajos de los enfermeros bajo sospecha y las declaraciones testimoniales de dos médicas que trataron a la paciente.
El TOC N° 15 estableció que, por el delito de “abuso sexual simple” agravado tanto por “el aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad”, así como también por “la calidad de cuidador que desempeñó en aquel entonces”, Cruz Hinostroza deberá cumplir dos años de prisión en suspenso, realizar tratamiento psicológico y asistir a un curso de violencia de género con perspectiva terapéutica en lo sexual.
No es la primera vez que ocurre un hecho de esta magnitud en un centro de salud. En junio de 2021, una mujer denunció que fue violada en el Sanatorio Güemes mientras estaba bajo anestesia.
La semana pasada, un anestesista fue detenido en Brasil, luego de haber abusado sexualmente de una mujer embarazada, mientras la sometían a una cesárea. El arresto se produjo luego de que las autoridades del Hospital de la Mujer vieran un video filmado por miembros del equipo médico que lo muestra bajándose la cremallera e introduciendo su miembro dentro de la boca de la paciente.