Al igual que el año pasado el organismo remarcó que los controles deben abandonarse de a poco. Llamó a la necesidad de implementar reformas.
En un informe que realiza todos los años el Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a insistir sobre los mismos conceptos que vertió allí en 2020, justo en medio en la negociación de la deuda.
El organismo advirtió sobre los desequilibrios de la economía argentina, dijo que el país necesita “un plan macroeconómico y estructural creíble y sólido, que pueda ser respaldado por la comunidad internacional” y que debe contemplar una salida gradual del cepo cambiario y reformas para alentar las exportaciones y la inversión extranjera.
De hecho también repite que las perspectivas de que el país vuelva a tener acceso en los mercados de crédito dependerá de la capacidad de poner en marcha un programa macroeconómico y de reformas estructurales sólido. La Argentina negocia con el FMI un programa de Facilidades Extendidas.
El Gobierno espera que antes de las elecciones de noviembre, el organismo baje la sobretasa que cobra a los países deudores, entre ellos, la Argentina por los préstamos otorgados.
El diagnóstico del Fondo Monetario en su tradicional informe Reporte del Sector Externo fue publicado el 2 de agosto. Este año se llamó Recuperaciones divergentes y desbalances globales. En el capítulo de la Argentina los principales lineamientos son casi calcados a los de la versión de 2020: la necesidad de reformas, los desequilibrios y la necesidad de salir gradualmente del cepo.
El organismo calificó la reestructuración de la deuda que hizo Martín Guzmán en 2020 como de “exitosa” porque llevó una “alivió a las necesidades de financiamiento de caja en lo inmediato”.