Sin la ley pandemia, las restricciones se mantendrán por decreto. Buscan controlar las nuevas cepas.
Sin la “ley pandemia”, trabada en la Cámara de Diputados, Alberto Fernández tuvo que renovar el decreto de necesidad y urgencia y mantendrá por otras dos semanas las restricciones vigentes por el semáforo epidemiológico trazado en mayo. En este contexto, con la confirmación de una baja en los casos de coronavirus, la preocupación giró en torno al avance de la variante Delta en otros países, por lo que el Gobierno dispuso medidas para evitar su transmisión en la Argentina.
Con las fronteras cerradas para extranjeros, el cupo diario de argentinos que pueden volver desde el exterior, con una fuerte reducción de vuelos, hasta hoy fue de 2 mil ingresos; de modo tal de permitir a las autoridades sanitarias y migratorias realizar los controles sobre cada pasajero.
Sin embargo, ahora se reducirá a un tercio para poder contener la transmisión de la cepa más contagiosa y desalentar la salida futura de argentinos que actualmente hacen planes para viajar al exterior. “Sólo 600 personas podrán arribar por día, no más”, remarcaron fuentes oficiales. Regirá desde este lunes.
“Todos estamos de acuerdo en reducir el cupo”, admitían desde temprano en una de las oficinas involucradas en las negociaciones. Hubo, en esa ronda de consultas, varias propuestas y fue el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el encargado de hacer el primer filtro para que luego definiera el Presidente.
Quedó demostrado durante la pandemia con varios ejemplos de marchas y contramarchas: ese paso, entre lo que monitorea el ministro coordinador y lo que decreta Fernández, no es formal, por lo que en el Gobierno evitaron confirmaciones hasta el regreso del jefe de Estado de su visita en Córdoba.
De todos modos, con el paso de las horas la propuesta de reducción de los ingresos -y en consecuencia los vuelos- fue tomando fuerza, por lo que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y Migraciones empezaron a preparar un plan de contingencia para la próxima etapa ya que resulta un desafío logístico teniendo en cuenta el impacto en los vuelos: si en lo que va de junio se registraron 273 vuelos, ese número bajará a un centenar, o menos, ya que en promedio, cada avión transporta unos 300 pasajeros.
Resta definir cómo se procederá al recorte de vuelos. Es que el destino con más frecuencias es Estados Unidos -en junio hubo unos 90 vuelos-, donde miles de argentinos viajaron para aplicarse la vacuna contra el covid. Luego, más atrás asoman España, con 36 conexiones, Paraguay (28) y Chile (19), entre los más visitados por argentinos.
Como contó Clarín días atrás, la alternativa que se barajaba de imponer la obligatoriedad de realizar cuarentena en hoteles por 10 días para todos los pasajeros que arriban al país fue perdiendo impulso con las horas. Ahora, según el nuevo DNU, esa potestad quedó en manos de las provincias, que podrán obligar a cumplir el aislamiento en lugares distintos a los domicilios particulares para quienes lleguen desde otros países.
También quedó descartada la posibilidad de un cierre total de fronteras como se rumoreaba habían pedido desde el Ministerio de Salud, que conduce Carla Vizzotti. “Esa es la última opción, muy drástica, pero por eso tenemos que tomar medidas ahora”, explicó un encumbrado funcionario, que reiteró que “la recomendación de no viajar al exterior sigue vigente” ya que “nadie puede asegurar que quien viaje no quedará varado”.
El cambio en la estrategia de cara a la campaña electoral llevó al Gobierno a relegar el discurso sanitario y flexibilizar las restricciones sobre todo en el Area Metropolitana de Buenos Aires, donde incluso el gobernador Axel Kicillof dispuso el regreso de las clases presenciales al priorizar proyecciones preliminares por sobre datos y decretar por anticipado el pase de zona de alarma a alto riesgo epidemiológico.
Pero en la Casa Rosada admiten por lo bajo una fuerte preocupación de cara a las próximas semanas, y por ese motivo dudan en fomentar el turismo interno en las vacaciones de invierno en julio. “Los especialistas nos dicen que si hay dos semanas como lo que ocurrió para Pascua llega la tercera ola”, argumentan.
Solo entrarán al país 600 personas por día. Foto: Luciano Thieberger.
Por eso fue llamativo que la voz de alerta la dieran desde la Ciudad. “No hay dudas de que tenemos por delante una nueva ola”, dijo el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, a quien en Nación reconocen por la sobriedad y el equilibrio que hizo para despegarse de la confrontación política.
El nuevo DNU
El Presidente decidió prorrogar por dos semanas más el DNU 287/21, del 1 de mayo, que fue el que estableció el Semáforo Epidemiológico, que divide al país en materia sanitaria por zonas -alarma y alto riesgo epidemiológico, y riesgo medio y bajo- de acuerdo a la ocupación de camas UTI, la cantidad de casos y su incidencia en los últimos 14 días.
Es casi calcado al decreto 381/21 con el que se renovaron las medidas el 11 de junio. Aquel día, el texto contó con apenas cinco artículos. Sin otros cambios en el horizonte, lo único que se corrigió fue la fecha de entrada en vigencia y su prolongación por dos semanas más: al cabo, la reducción de vuelos y el cupo se fijará vía una Decisión Administrativa y resoluciones de las áreas migratorias.