En el oficialismo está instalada la idea de que “la sentencia ya está escrita”, como lo ha asegurado la Vicepresidenta. Divisiones en el kirchnerismo sobre las marchas. Espera y tensión en el Frente de Todos
En el oficialismo hay pocas dudas sobre el resultado de la última audiencia que tendrá el juicio de Vialidad este martes. Estiman que el Tribunal Oral Federal 2 condenará a Cristina Kirchner y la inhabilitará de por vida para ejercer cargos públicos. No existe dentro del peronismo la idea de que la Vicepresidenta pueda ser absuelta.
Esa sensación está fundada en las palabras de la propia CFK, quien en varias oportunidades aseguró que la “sentencia ya está escrita”, en un movimiento que buscó ejercer presión sobre el tribunal que tiene que juzgarla en una de las causas más complejas en las que está involucrada.
Si el TOF 2 la condena, será la primera vez en la historia de la política argentina que un vicepresidente en ejercicio es condenado por un caso de corrupción, lo que marcaría un hecho de gravedad institucional sin precedentes.
La Vicepresidenta ha dicho hasta acá que la causa no tiene sustento jurídico, que la fiscalía, a cargo de Diego Luciani, miente y que lo único que busca la justicia federal, en complicidad con la oposición, es perseguirla. Es decir, que toda la causa es un armado político judicial para inculparla en supuestas maniobras de sobreprecio y direccionamiento de partidas como consecuencia de la conformación de una asociación ilícita.
“El Ministerio Público Fiscal tiene por acreditado que entre los años 2003 y 2015 funcionó en el seno del Estado una asociación ilícita de características singulares”, sostuvo Luciani cuando presentó el alegato. Y agregó: “Se trató de una asociación ilícita piramidal que tuvo en su cúspide a quienes fueron jefes de estado y de la que participaron diversos funcionarios públicos”.
Luciani le pidió al tribunal que condena a la Vicepresidenta a 12 años de prisión y que la inhabilite para ejercer cargos públicos. En el caso de que existe una condena en la sentencia, no quedará firme hasta tanto no la confirme la Corte Suprema, última instancia, posterior a la Cámara de Casación.
Una posible pena solo se aplicará cuando la condena quede firme y, llegado el caso, si el Congreso decide quitarle los fueros a la actual Vicepresidenta. Por eso en el oficialismo se especula mucho con la posibilidad de que el próximo año CFK se presente como candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires.
Si así lo hiciera, su jugada electoral tendría un doble efecto. Apuntalar la performance del kirchnerismo en el distrito electoral más importante del país y asegurarse seis años más de fueros, ya que por la mayoría o la minoría, ganaría su banca en el Senado.
Si una condena queda firme en ese tiempo, la única forma de efectivizar una detención es a través de un juicio político – que le quite los fueros – y para eso se necesita una mayoría especial en el Congreso. El contexto puede cambiar unas cuantas veces hasta que eso suceda. Al día de hoy sobran las especulaciones.
El proceso judicial y político es largo y espinoso. Por eso lo que más tensión genera en este momento es el impacto público que puede generar una condena a la Vicepresidenta. Así como también la decisión del TOF 2 de absolverla por considerar que no hay pruebas necesarias para endilgarle la conducción de un mecanismo de corrupción en el seno del Estado.
“Inventaron una causa y le inventaron pruebas a la Vicepresidenta. ¿Si se lo hicieron a ella, que le queda a la ciudadanía? ¿Cómo van a poder pensar que es una justicia confiable?”, reflexionó un funcionario del gobierno bonaerense, estructura donde el kirchnerismo tiene una gran influencia.
En el ala K del Frente de Todos están completamente convencidos que la causa Vialidad es un acto de “persecución” a la Vicepresidenta y que lo único que busca la Justicia es sacarla del escenario político. En base a esa mirada construyen la idea sobre una pelea de titanes entre Cristina Kirchner y los “sectores de poder” de la Argentina.
Un dirigente que conoce bien a CFK asegura que la agenda judicial que tiene la Vicepresidenta – en la que otros temas de gestión quedan tapados – se debe a que “está sola contra el mundo” y frente a una justicia federal que la hostiga. Entiende que encuentra en las redes sociales el canal idea para ejercer su defensa de manera legítima y sin intermediarios.
El kirchnerismo está en estado de alerta y movilización, etapa en la que ingresó luego del alegato del fiscal Luciani, cuando los diferentes sectores del Frente de Todos expusieron un respaldo público inmediato a la postura de CFK y se unificaron detrás de ella planteando que la causa solo tenía como objetivo perseguirla políticamente.
“Nosotros estamos en estado de movilización permanente desde hace bastante tiempo, porque si bien esto empezó cuando Cristina asumió su primer mandato, se recrudeció con absoluta claridad este año, cuando ella sentó posición frente al Fondo Monetario”, expresó este domingo el secretario general de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque.
Para Larroque, como para otros tantos dirigentes importantes del kirchnerismo, la respuesta a una posible condena tiene que ser “política”. Nada de violencia, nada de disturbio, nada de caos. Por eso el mundo K no ha bajado línea para organizar una movilización masiva en respaldo a CFK como lo ha hecho en otras oportunidades. No quieren problemas en la vía pública.
Por el momento los únicos que se volcarán a la calle son los militantes de ATE Capital, gremio que conduce Daniel “Tano” Catalano y que anticipó que si hay condena, harán un paro, y los seguidores del partido Miles, que lidera Luis D’Elía. Sin embargo, la puerta quedó abierta para que haya más militantes que salgan a respaldar a la Vicepresidenta antes de que el tribunal se pronuncie sobre su futuro judicial.
Uno de los que dejó picando la idea de empujar una marcha fue el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, muy cercano a Alberto Fernández pero, al mismo tiempo, respetado en la cúpula del kirchnerismo y con lazos estrechos con todos los intendentes del conurbano bonaerense.
“Tenemos que tener la capacidad, la templanza y la decisión de expresarnos en las calles y de todas las maneras posibles, porque lo que puede pasar esta semana es muy pero muy grave. No van contra Cristina, sino que apuntan contra Cristina y lo que ella representa”, sostuvo durante el fin de semana.
La Cámpora y el cristinismo no alientan las marchas previas a la sentencia. Por lo bajo aseguran que cada uno tiene libertad de acción, por lo que no habrá movimientos en bloque. Lo que nadie puede asegurar es qué sucederá después de que se conozca el veredicto. Sea cual sea el resultado, en el oficialismo prevén que la militancia saltará a las calles. Sobre todo en el caso de que la condenen.
Más allá de las movilizaciones callejeras, lo que si está definido en el mundo K es que si el tribunal condena a CFK, la dirigencia se volcará a las redes sociales y los medios de comunicación para empezar a librar una batalla pública contra la justicia federal.
Se espera que el martes por la tarde -después de las 16- se conozca el fallo. A esa hora el Presidente, según estiman en la Casa Rosada, estaría de regreso en Argentina, luego de presenciar en Uruguay una reunión del Mercosur.
Más allá de donde esté en el momento de la sentencia, la postura de Fernández ha sido clara respecto a la causa Vialidad y la inocencia de Cristina Kirchner. Considera que es un invento sin fundamentos y que lo único que se busca es desprestigiar a la Vicepresidenta. El apoyo de su parte está garantizado. Es, sin dudas, uno de los pocos puntos de coincidencia que tiene la pareja presidencial.