Ian Morales, de 10 años, está internado en el Hospital Rawson, en San Juan, desde el 10 de noviembre de 2021. La casa de la familia no sobrevivió a una inundación ocurrida hace 9 años y desde entonces viven en un club de barrio. Desde el municipio aseguran que están buscando una vivienda para la familia
A Ian le encontraron una mancha en el cerebro cuando llegó al Hospital Rawson, de la provincia de San Juan, hace un año. Hasta unos días antes estaba bien y tenía la vida normal de un nene de 9 años, pero una mañana sintió un fuerte dolor de panza que derivó en un malestar general que en horas se agravó: ya no podía mover el lado derecho de su cuerpo, dejó de caminar, comenzó a perder la visión y el habla.
“Hacía siete días que no comía porque no podía. Le dolía fuerte el estómago y lo estaban tratando en la salita de la localidad de Media Agua, pero cada vez era peor y lo llevé a la capital. Cuando llegó al hospital le hicieron todos los análisis y la médica que lo recibió dijo que por los síntomas podría ser algo neurológico y le hicieron una tomografía. Allí se vio la mancha en el cerebro y fue derivado a terapia. Al otro día, le hicieron otro estudio por la mañana y a las 13, no me olvido, nos dijeron que tenía un tumor muy grande en el cerebelo e hidrocefalia”, revive entre sollozos el triste momento su mamá, Liliana.
Ese fue el inicio del largo año de Ian internado y ante los pronósticos tan desfavorables, el padre que es albañil comenzó turnarse con su esposa para cuidarlo y sus hermanitos, de 12 y 7 años, quedaron a 60 kilómetros del hospital. Como ya no podía estar a tiempo completo en una obra, comenzó a hacer solo changas y a tener ingresos mucho menores.
Lentamente, gracias a su voluntad y a los tratamientos médicos, Ian comenzó a recuperarse al punto que desde hace dos meses está en condiciones de recibir el alta domiciliaria para continuar con su tratamiento de manera ambulatoria, pero no se la dieron porque el lugar donde vive, un sector del Club Belgrano, en Media Agua, no reúne las condiciones sanitarias que necesita como paciente oncológico.
Allí viven desde hace casi 10 años, cuando llegaron evacuados luego de que la casa en la que vivían se desmoronara tras una inundación. “Vivimos en un salón del club, ya nos quisieron desalojar. El baño que tenemos es compartido con todas las personas que llegan a practicar deportes. Ian necesita otro lugar, otras condiciones y además tiene una hermana de 12 años que debe asearse en un lugar así”, lamenta la mamá del chico y admite que aunque no se siente bien haciendo pública la situación de Ian y de su familia considera que “es lo único que queda por hacer para tocar los corazones y obtener la ayuda prometida por la Municipalidad de Media Agua”, dice.
Desde el municipio aseguran que están en la búsqueda de una casa de tres ambientes para alquilarles, ya que están dispuestos a ser locatarios a fin de que Ian pueda ser dado de alta.
“Estamos tratando de darle una solución definitiva a la situación habitacional de esta familia. Necesitamos para ellos una casa en excelentes condiciones, con tres ambientes porque Ian necesita un cuarto solo para él porque allí tendrá su internación domiciliaria, con una cama especial y el equipamiento médico necesario, pero aunque usted no lo crea no la conseguimos en toda Media Agua. No tenemos problema en ser locatarios, pero cuando estuvimos por alquilarles una casa con las condiciones necesarias, el propietario se arrepintió y la puso la casa a la venta”, le dijo María Elena Rego, directora de Desarrollo Social de la Municipalidad de Sarmiento, a Infobae.
La funcionaria también dijo que están en contacto con el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia y que buscan para ellos una vivienda definitiva pero que mudarse allí implicaría dejar su pueblo natal.
La triste historia
Ian quedó internado el 10 de noviembre de 2021 y luego de que le diagnosticaran de un tumor e hidrocefalia requirió de un drenaje para bajar el agua en el cerebelo. “Nos pidieron permiso para operarlo urgente y colocarle ese drenaje porque creían que no viviría más de dos horas de no hacerlo. Se nos vino el mundo abajo”, recuerda la mamá y revive que luego de esa intervención, los médicos le dijeron que iban a comenzar a tratar el tumor, que fue operado el 16 de noviembre.
“Ese día fue la ultima vez que lo escuchamos hablar. Tenía 9 años y pesaba 30 kilos antes de comenzar la quimioterapia. El primer mes después de la cirugía, estuvo en manos de Dios, eso lo dijeron los médicos, que ya no podían hacer más nada. Pasó 22 días dormidos y después se despertó, pero no podían sacarle la intubación porque dejaba de respirar, entonces le tuvieron que hacer una traqueotomía y lo pasaron a terapia intermedia, solo movía los ojos. Llegó a pesar 9 kilos, ¿sabés lo que es para una mamá ver a su hijo así? Ni lo puedo explicar, es doloroso. Le pusieron una sonda nasogástrica para alimentarlo, comenzó la fisioterapia y, gracias a Dios, él puso mucha voluntad para salir adelante. A los cinco meses comenzó a moverse. Hace cuatro meses volvió a comer y hablar”, recuerda conmovida.
Luego recuperó la voz, la masticación y volvió a alimentarse por sus propios medios. Solo espera que sus piernas también respondan y poder caminar más adelante.
“Dice que lo primero que hará cuando camine es pedirle al papá conocer el Monumental. ¡Es fanático de River y lo que más quiere es conocer el estadio”, cuenta emocionada la madre.
El alta que no puede ser
Hace dos meses recibió el alta médica con el requisito de vivir en una casa que cuente con las condiciones sanitarias que un paciente oncológico necesita y ahí está el problema para la familia que perdió su casa a causa de una fuerte tormenta que inundó Media Agua hace 9 años.
“Las paredes de adobe no aguantaron y la estructura se vino abajo”, recuerda el triste momento en que lo perdió todo. Entonces, junto a otros vecinos fueron evacuados y trasladados al club donde aún permanecen porque aún no pudieron conseguir una vivienda.
“Estamos inscriptos en el plan del Instituto Provincial de la Vivienda desde que nos evacuaron, hace casi 10 años pero todavía no tenemos respuestas concretas. No se trata de comodidad para nosotros sino para que mi hijo pueda salir del hospital”, implora.
Aunque Ian se recupera, casi de forma milagrosa, está frágil. Pasó tiempo sometido a la quimioterapia y necesita de muchos cuidados. Esta situación también lo expone a los riesgos en el propio hospital, donde hace unos días se contagió de Influenza B que le provocó fiebre, diarrea y vómitos, y debieron ponerle una máscara de oxígeno para que pudiera respirar.
Liliana cuenta que no trabaja porque se dedica a tiempo completo al cuidado de sus tres hijos y que por esto cobra la Asignación Universal por Hijo, reciben ayuda del Ministerio de Desarrollo Humano, pero eso más lo que cobra su marido por las changas no son suficientes para cubrir el máximo deseo de alquiler una casa y al fin mudarse.
En tanto, desde el municipio aseguran que están intentando resolver la situación. “Supimos por las trabajadoras social del Hospital que le estaban por dar el alta domiciliaria Ian, nos llamaron para pedirnos colaboración para conseguir una vivienda que tenga las condiciones necesarias para que el niño pueda salir del hospital. Obviamente, no es solamente importante para el niño, sino también para todo el grupo familiar ya que sabemos que también los sus hermanitos que tienen su hermano internado y los padres que van que van y vienen. Pero estamos buscando una casa e increíblemente no conseguimos una en alquiler para ellos”, explica la funcionaria María Elena Rego.
“Nos cuesta mucho encontrar una casa en Media Agua porque estamos hablando de un departamento rural y es difícil aunque parezca increíble, no es una zona céntrica donde hay disponibilidad”, dice y detalla dos gestiones que no llegaron a concretarse.
La idea, dice, es alquilarles una casa por un año, año y medio, a lo sumo, hasta que se termine un nuevo barrio Patagonia, lejos de donde la familia echó sus raíces, o esperar a que se finalice otro nuevo barrio en un tiempo considerable.
“Está previsto iniciar un barrio en Media Agua, pero suponemos que estará terminada a fines del año que viene y no pueden esperar estos tiempos. El intendente ha estado en contacto con el ministro de Desarrollo Humano y entiendo, por lo que me comentó, hablarán con el director del IPV por una vivienda, que no estaría en su pueblo tampoco. Irse de su lugar será una decisión de ellos”, finalizó.