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En Casa Rosada admiten ahora que el acuerdo con el FMI podría presentarse después del 1 de marzo

El ministro negocia en medio de una interna pelea feroz con los K. Los subsidios energéticos, en el medio de la discusión.

Martín Guzmán negocia a contrarreloj con Washington para enviar lo más pronto posible al Congreso el proyecto de refinanciación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Hasta este miércoles, en el Gobierno descontaban que el lunes a más tardar el ministro de Economía tendría cerrado el programa de facilidades extendidas con el organismo, para presentarlo antes de que el presidente Alberto Fernández inaugure las sesiones ordinarias.

El panorama cambió y en Casa Rosada reconocen ahora que el acuerdo podría demorarse más allá de la asamblea legislativa del próximo martes 1 de marzo, según confirmaron altas fuentes oficiales. El Presidente tiene previsto en ese discurso referirse al tema.

Todavía no hay certezas porque las negociaciones avanzan y retroceden minuto a minuto, centradas casi exclusivamente en estas horas en el peso de los subsidios y el aumento de las tarifas de los servicios públicos: el ministro validó con Fernández la respuesta al Fondo de no aceptar un incremento del 60%, y discute para cerrar, según fuentes oficiales, en torno al 35%, por debajo de la inflación proyectada.

Sí hay algo seguro: el viernes, vísperas del fin de semana de carnaval, no habría ningún anuncio. Por el ida y vuelta de las negociaciones, y por la política: ese día, Néstor Kirchner cumpliría 72 años, y en Casa Rosada no quieren alterar el delicado equilibrio interno. Los ánimos no están como para mojarle la oreja al kirchnerismo. Así lo confiaron fuentes oficiales.

Las críticas a Guzmán

En un clima de desconfianza mutua se mueve Guzmán, el ministro más cuestionado por La Cámpora que mantiene la más absoluta confianza del Presidente.

Según fuentes del Frente de Todos, el funcionario y Máximo Kirchner no hablan hace rato. El vínculo, que atravesó todos los estados, se terminó de quebrar este verano cuando el diputado renunció a la jefatura del bloque K en la Cámara baja con durísimas críticas a la negociación del Gobierno con el Fondo. En Washington todavía siguen sin entender la dinámica de la coalición oficialista.

Hasta ese momento, Kirchner y Guzmán mantenían una relación oscilante que había tenido su pasaje más tenso por el affaire en torno a la renuncia de Federico Basualdo que, al final, el ministro no pudo ejecutar. Ni Cristina Kirchner ni La Cámpora, tampoco Axel Kicillof, perdonaron nunca esa osadía del jefe de Hacienda, que justificó su intento por la segmentación tarifaria que, según la Casa Rosada, el subsecretario se había negado a implementar.

Es más: ahora que en el Gobierno insisten en que el acuerdo con el Fondo está a punto de cerrarse, en el entorno presidencial resaltan que el nuevo programa se podría haber consensuado hace justo un año. Y que si no se avanzó fue porque desde el kirchnerismo bajaron la orden de dinamitarlo por el calendario electoral.

Desde el núcleo duro de la coalición insisten, en ese sentido, en la inviabilidad social y política del ajuste del déficit fiscal, pautado, según lo acordado, en el 0,9% en el 2024. Con un plazo de 10 años de devolución del préstamo, según el programa de facilidades extendidas consensuado entre Buenos Aires y Washington.

Guzmán quiere ser ministro de los cuatro años de mandato de Fernández, a pesar de que en el albertismo reconocen la insistencia del kirchnerismo para que el funcionario de un paso al costado.

Con Cristina Kirchner, el jefe de Hacienda conversa lo justo y necesario. El silencio de la ex Presidenta desde que se anunció el acuerdo y de que su hijo renunciara a la jefatura del bloque de Diputados desconcierta a todo el Gobierno.

Distinto es ahora el nexo entre Guzmán y Sergio Massa, al que en el Gobierno sindicaron en varias oportunidades como uno de los promotores de los trascendidos en torno a la continuidad del ministro. Fernández y el ministro reconocen que hubo gestiones del presidente de la Cámara baja ante Washington que ayudaron a las negociaciones durante el verano.

En el caso de Axel Kicillof, otro de los socios de la coalición, surgieron cortocircuitos en los últimos: en el Gobierno aseguran que el gobernador habría filtrado el domingo último el borrador del acuerdo que obligó al Presidente y a Guzmán a instalar que no incluye una reforma previsional.

Consultados por Clarín, en Economía no quisieron hacer comentarios al respecto. Kicillof recibió este miércoles por la tarde al jefe de Estado. Después de esa reunión, tenía previsto visitar a Cristina Kirchner en el Senado: es uno de sus consejeros económicos.

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