La mujer lo denunció en una comisaría de Campana y fue detenido en la villa Zavaleta. Está imputado por abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal, y producción de pornografía infantil. Detalles de un caso aberrante
Cuando la mujer le revisó la mochila al padre de su nena menor encontró un pendrive que le llamó la atención. Lo abrió. No llegó a ver que había archivos de video en una de las carpetas, las fotos que encontró la horrorizaron: eran imágenes de cómo abusaba de su propia hija de 13 años. Rápida de reflejos, le hizo captura de pantalla con su celular y lo encaró. Él, paralítico por un accidente de tránsito en Paraguay, le quitó el teléfono, pero no sabía que ella se había quedado con el dispositivo de memoria.
Según confiaron fuentes de la investigación a Infobae, con esa prueba en el dispositivo de almacenamiento, la mujer fue hasta la comisaría de Campana y lo denunció. Armando González, alias “Paragua”, está preso en la Alcaidía local, acusado por delitos aberrantes: abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal de una menor, ambos agravado por el vínculo y por la situación de convivencia preexistente; y producción de pornografía infantil.
Este miércoles, según las fuentes consultadas, cuando le leyeron los cargos en su contra en la UFI N°3 del departamento judicial de Campana, a cargo de la fiscal Irene Molinari, que investiga el caso; González agachó la cabeza sentado en su silla de ruedas, no hizo contacto directo con la mirada y no emitió sonido.
Fuentes de la investigación revelaron que todo comenzó a principios de la semana pasada, cuando la mujer denunció al padre de su hija con pruebas contundentes: le entregó el pendrive que le había sacado de la mochila a las autoridades. Y avisó que el hombre solía viajar a Paraguay, incluso, allí estaba cuando ella quedó embarazada de la nena hace 13 años atrás y en ese país él tuvo el accidente de tránsito que lo dejó paralítico y en silla de ruedas.
La primera medida de la Justicia, avalada por el juez de Garantías N°2 Julio Grassi, fue pedir para el sospechoso una medida de prohibición de acercamiento a la mujer y a sus hijas de 13 y 15 años, mientras analizaban las pruebas para configurar el delito a imputarle.
El sospechoso, que no conocía aún de qué se lo acusaría este miércoles, tras la perimetral se fue a vivir a casa de sus padres, en el mismo barrio La Praderas de Campana donde residía la denunciante junto a sus hijas.
“Los parientes de la víctima quisieron atacarlo y un amigo se lo llevó a la villa Zavaleta, previo aviso a las autoridades. Allí, en esa dirección alternativa que había dejado, lo detuvo la Policía Federal en las últimas horas”, detallaron. Los policías de la PFA lo arrestaron en la intersección de Lavardén y avenida Iriarte de la Ciudad de Buenos Aires, donde funciona un local de arreglo de celulares que gestiona su conocido.
En esta causa también trabajó la división de Cibercrimen de la Policía Bonaerense. Fueron los encargados, junto a la fiscal, de ver las imágenes y los videos del pendrive que aportó la mamá de la nena abusada. “Hubo investigadores que no pudieron dormir durante el fin de semana del horror de esos archivos: el hombre violaba a su hija y se filmaba”, dijeron.
Más allá de ese pendrive, clave en la causa, la Justicia tiene en su poder mucho más material. Fue el que recolectaron de la casa de los padres del sospechoso y de la vivienda de su amigo, en la villa Zavaleta: “Hay dispositivos de almacenamientos, el celular que le sacó a la mujer cuando lo increpó, dos teléfonos suyos y en un guante en el que se encontraron escondidas siete memorias USB”. Todo será materia de análisis.
Según la investigación, el detenido abusaba de su hija cuando la madre se iba con la adolescente de 15 años a hacer compras al barrio porteño de Once. “La chica mayor no refirió que la haya atacado. Para la menor se aguarda que declare en Cámara Gesell”, informaron las fuentes consultadas y reconocieron que, hasta el momento, no hallaron antecedentes penales previos de González.
Y dieron un dato que eriza la piel: “Se toman en promedio unas cinco denuncias por semana por abuso de menores en Campana. Las causas donde los padres son los acusados son las menos, pero casi todos los ataques son dentro del seno familiar. Pero este caso fue tremendo: filmaba a su hija mientras la abusaba”.