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Entre leyendas y misterios, luchan para que la identidad de un pueblo no quede sepultada

El Castillo de San Francisco, en Rauch, fue construido entre los años 1918 a 1930 por Eugenio Díaz Vélez, nieto del prócer argentino. Hoy, tratan que al palacio no lo derrumben.

Quiero que imagines un lugar único en América que atrae a turistas nacionales y extranjeros, como una maravilla más de este bello país. Siempre terminás en la rutina; llegás a tu casa y querés relajarte, pero en la televisión siempre están los mismos programas, los noticiarios y las películas que no suman nada a tu persona. Querés escaparte un fin de semana, pero siempre elegís los mismos destinos.

Ahora imaginate que, a pasos de la Ciudad de Buenos Aires, tenés un espacio para relajarte. Escapar de la rutina, dejar el estrés, respirar aire puro y vivir una propuesta única; donde el entretenimiento, la cultura y la historia van de la mano para ofrecerte un experiencia original y única en el país y en el continente.

El Castillo San Francisco fue construido entre los años 1918 a 1930 por el arquitecto Eugenio Díaz Vélez, nieto del prócer argentino. Es un magnífico lugar rodeado de belleza, tranquilidad y misterio. Ofrece un espacio para estar en familia al aire libre. Emprender es solucionar problemas, es poner el talento y conocimiento de uno al servicio de la comunidad. Los emprendedores son los engranajes de la rueda económica.

El palacio tiene 3 pisos, 77 habitaciones, 14 baños y 2 cocinas. Y pareciera que no tiene frente porque todos sus lados se mimetizan.

El palacio tiene 3 pisos, 77 habitaciones, 14 baños y 2 cocinas. Y pareciera que no tiene frente porque todos sus lados se mimetizan.

Por estas y otras razones soy emprendedor y mi objetivo es convertir un lugar abandonado en un lugar útil para la sociedad, y montar alrededor una estructura autosustentable para no depender del Estado ni de capital privado y crear otra razón por la cual visitar Argentina, además del valor educativo clave para crear elementos de una sociedad más justa. El Castillo sufrió dos intentos de demolición, y hay un grupo de vecinos que se encarga de mantenerlo con mucho esfuerzo.

De no ser por ellos, nuestra identidad hubiese sido sepultada por escombros y con el tiempo olvidada. En 2016 me lancé a escribir una propuesta para convertir un lugar abandonado en un lugar útil para la sociedad, para que vos, nosotros, podamos disfrutar. Una propuesta para generar empleo y fomentar el turismo nacional e internacional creando un parque de entretenimiento temático único, a la altura de los grandes parques del mundo.

Castillo San Francisco. "Quiero presentar una propuesta para generar empleo y fomentar el turismo nacional e internacional", dice el lector Edgardo Nocetti.

Castillo San Francisco. “Quiero presentar una propuesta para generar empleo y fomentar el turismo nacional e internacional”, dice el lector Edgardo Nocetti.

Podrás ir con tu familia, con tu pareja o solo/a y disfrutar de relax, actividades holísticas, cursos de oficios, conocer el valor de los productos artesanales y la comida típica, además de conocer gente de todo el mundo y lo mejor de todo: comprar para ganar dinero en lugar de comprar para gastarlo. Pero me topé con un inconveniente, pertenecía al Estado y hoy pertenece a la Municipalidad de Rauch.

A pesar de haber buscado vías de comunicación con el municipio y la Provincia de Buenos Aires desde el 2016, ninguna gestión ha movido un dedo ni siquiera para escucharnos. El turismo es una industria muy importante en el país y esta iniciativa (iniciativa Egaña en Facebook) propone una solución para seis necesidades (educación, solidaridad, deporte como inclusión, bienestar y salud, historia y turismo).

Pero pareciera que el intendente de Rauch no ve potencial en su comunidad, y prefiere que el castillo San Francisco sea un gigante que se cae a pedazos desaprovechando el potencial de empleo y turismo que tiene, y que haya un tercer intento de demolición y nuestras raíces queden sepultadas. Ahora, yo te pregunto, ¿no le darías una oportunidad a un espacio que busca contener desde la educación y el deporte a tus hijos y que fomente hábitos saludables para tener un mejor bienestar?

Hay un grupo de personas con ideas innovadoras para restaurar un espacio que es de todos y estamos abiertos a colaborar con todo el que quiera participar”

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¿No le darías una oportunidad a una iniciativa que busca aumentar el IQ financiero de la comunidad para disminuir la desigualdad social? Muchas veces nos quejamos de la desigualdad, de la economía y demás, pero, ¿estamos proponiendo soluciones efectivas a los problemas o estamos “apagando incendios con baldes de nafta” para solucionar esos problemas?

Si el proyecto no es viable, estamos dispuestos a aceptarlo. Pero si no hay diálogo, los que salen perdiendo somos todos, porque habrá un espacio deportivo menos para contener e incluir a los jóvenes y alejarlos de las calles. No habrá un espacio que fomente hábitos saludables. No habrá forma de luchar contra el estrés. Habrá menos turismo y menos empleos. No habrá un espacio para cultivar alimentos orgánicos. Habrá menos recaudación con lo cual menos dinero para invertir en infraestructura (seguridad, educación, salud).

Sin embargo, me niego a que una minoría nos niegue el derecho a nuestra identidad, tu identidad. Quiero que sepas que en algún lugar de esta gran nación hay un grupo de personas con ideas innovadoras para restaurar un espacio que es de todos y estamos abiertos a colaborar con toda persona que quiera participar. Sólo faltaron un par de horas para recaudar seis millones de dólares para Notre Dame. Imagínense si todos los argentinos donasen un peso todos los días, se estarían donando 40 millones de pesos a la caridad.

Edgardo Nocetti / edgarso.asesor@gmail.com

EL COMENTARIO DEL EDITOR

Por César Dossi

Una valiosa pieza de la historia, en vilo

Cuenta la leyenda que el día de la inauguración ocurrió una tragedia. Los invitados estaban esperando al dueño del Castillo San Francisco que llegaría de Buenos Aires, y pasaron varias horas hasta que supieron que había fallecido.

Entonces, dejaron allí los preparativos para la fiesta, incluso las mesas servidas. Y, por algún motivo aún desconocido, su única hija y heredera nunca más volvió. Estuvo cerrado durante 30 años hasta 1960.

Se llega por un camino de tierra hasta que emerge silencioso, colosal, misterioso y avejentado. La mansión queda a unos 275 kilómetros de Buenos Aires y el lector, un emprendedor con iniciativa, quiere recuperar al gigante de Rauch. El palacio tiene 3 pisos, 77 habitaciones, 14 baños, 2 cocinas y muchos balcones. Y pareciera que no tiene frente porque todos sus lados se mimetizan.

Emprender en pandemia es un gran desafío para Edgardo, y no se rinde. No le hacen falta grandes estrategias de mercado ni tácticas empresariales. Sólo pide, desde hace cinco años, ser escuchado por el intendente de esa localidad para evitar una demolición que apagaría muchas esperanzas.

Arrasar con la identidad de un pueblo es borrar de un plumazo un fragmento del origen de nuestra nación. Y destruir el sueño de generar trabajo es la antítesis, es el contraproyecto de visión del arquitecto y de su abuelo Eustoquio Díaz Vélez, que fue el miembro más antiguo de los militares patriotas nacidos en el actual territorio de la Argentina que gestaron la Revolución de Mayo. Señor intendente, atender un llamado podría evitar devastar una valiosa pieza de nuestra historia.

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