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El agente irrumpió armado a la habitación y apuntó a la mujer y a otro hombre. Terminó a las piñas y detenido.
Pasaron la noche en un festival, tomaron algunos tragos, bailaron y decidieron continuar con la diversión con algo más de intimidad. Recibieron el Día de los Enamorados en el cuarto de un hotel alojamiento. Nunca imaginaron que tanta pasión iba a terminar de la peor manera: el ex de ella, policía, se le apareció en la habitación cual allanamiento. “¡Justo el Día de los Enamorados me venís a hacer infiel”, fue palabras más, palabras menos, el reclamo del agente, con arma en mano.
El violento y repudiable episodio, que afortunadamente no pasó de una pelea y amenazas, ocurrió en Tartagal, provincia de Salta. El motel “El Castillo” fue el escenario de la bizarra y grave situación por la que un oficial de la Policía de Salta, miembro de un grupo especial de Salvador Mazza, fue sumariado y apartado preventivamente de sus funciones, según publicó el diario El Tribuno de Salta.
Todo comenzó durante la tradicional fiesta de La Chaya. Allí es donde se habrían conocido la mujer y el hombre que terminaron siendo víctimas de los celos, amenazas y violencia del policía.
El oficial habría seguido a la pareja desde el predio donde se hacen los festejos carnavalescos hasta el hotel ubicado en el acceso sur de la ciudad. Pero no contaba con el dato preciso sobre la habitación en la que se alojaban. Poco le importó y empezó a golpear todas las puertas en busca de su ex a eso de las 6 del Día de San Valentín. Fueron varias parejas las que vieron interrumpido su momento de intimidad por la desesperación del agente.
Cuando dio con la puerta que buscaba y parecía que la iba a tirar abajo, alguien abrió de adentro y el policía confirmó lo que imaginaba. Cegado de ira, empezó a reprocharle a su ex una supuesta infidelidad y la furia fue en aumento. El oficial sacó el arma y amenazó con matarlos a los dos, según informó El Tribuno.
El que no se dejó amedrentar por la pistola fue el otro hombre que le hizo frente al agente y comenzó una pelea a golpes y patadas.
Si en alguno de los cuartos había alguien que todavía no había advertido lo que ocurría, terminaron enterándose por los gritos de la mujer, desesperada por parar la batalla. En medio del caos y el escándalo, alguien le avisó al conserje lo que pasaba y este llamó al 911. Al lugar fueron agentes de la comisaría 4° y trataron de hacer entrar en razón al policía. El otro hombre aprovechó para escapar y se escondió dentro del predio, donde llamó a un conocido de él, periodista, para avisarle lo que pasaba, ya que temía sufrir una represalia mayor.
“Recibí las llamadas como a las 6 de la mañana de este muchacho que estaba muy asustado. Por lo que entendí aprovechó un momento de distracción del oficial, huyó de la habitación mientras discutía con la chica y me pedía que vaya porque tenía terror que los mate a los dos”, dijo el comunicador local Ismael “Bambi” Chamat.
Preso y separado de la fuerza
Al policía se lo terminaron llevando detenido. La pareja tuvo que ser trasladada al hospital Juan Domingo Perón, donde los atendieron por lesiones leves.
En un primer momento se pensó que la mujer también había sido golpeada ya que tenía algunas marcas en su cara, pero luego se comprobó que eran de pintura usada en los festejos de la Chaya, donde también se arroja agua, papel picado y nieve artificial.
En su declaración, la mujer contó en la comisaría que justamente había decidido terminar la relación con el oficial porque era posesivo y celoso, y que anteriormente ya había sufrido episodios de violencia de género. Por lo que remarcó -como si fuera necesario- que tampoco existió una infidelidad de su parte, ya que la relación había finalizado.
El dueño del hotel, además, denunció al agente por los serios destrozos que causó en la habitación.
Por el brutal episodio, el lunes el agente fue preventivamente separado de la fuerza, se dispuso el sumario administrativo, se dio intervención a la división de Asuntos Internos y a la Justicia, consignó El Tribuno. Además, ordenaron la incautación de la pistola con la que el policía encañonó a la mujer y al hombre.
MG