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Facundo Manes: “De mí nunca va a salir un ataque, me formé para curar y vengo a sanar la política”

Precandidato a diputado nacional por la UCR en la provincia de Buenos Aires, evita profundizar las diferencias internas de la coalición y apuesta por un radicalismo que lidere la oposición hacia 2023.

Médico, científico y emprendedor. ¿Ya se puede definir como político en su bio en redes sociales?

─En realidad me definiría más bien como un argentino que no se resigna a que le roben el país que soñó, que vivió y que quizás los jóvenes no pudieron verlo. Por eso la mayoría no creen en la política.

─¿Cuál fue ese país?

El del ’83, el del regreso de la democracia. Yo tenía 14 años y viví un sueño colectivo en el que peronistas, radicales y socialistas querían construir un sistema democrático. Hubo un líder, como Raúl Alfonsín, que convocó a todos. Pero nunca se adueñó de ese clima de época. Todos juntos logramos la democracia.

─¿Ese clima de época del que habla es trasladable a 2021?

─Es el que necesitamos ahora para encarar la modernidad. Hace falta recuperar valores como el respeto a las instituciones y que el acceso la educación sea sinónimo de movilidad social ascendente. Cuando yo crecí en Arroyo Dulce y en Salto, sabía que si era honesto, trabajaba y me educaba me iba a ir bien, que iba a progresar. La única arma que tuve yo fue la educación, porque no nací en una élite económica, social, política o cultural. Hoy la mayoría de la gente opina que para crecer tenés que ser jugador de fútbol, recibir una herencia o ascender siendo corrupto a través de la política. Hay que cambiar eso.

─¿Pudo ser candidato por otro espacio político? Seguramente recibió ofrecimientos por fuera de la UCR…

─Me lo ofrecieron, sí, muchas veces. Pero estoy afiliado al radicalismo desde el ’92, un año especial, en pleno menemismo y después de la salida de Alfonsín del Gobierno. Tengo una historia personal, de familia, con mi hermano Gastón como un dirigente valioso dentro del partido. Yo fundé un centro de estudiantes en Salto en el ’85, de los más importantes del interior de la provincia. Siempre estuve comprometido con el país.

─¿Hace falta aggiornar la mirada del radicalismo a estos tiempos?

─Los valores de la UCR son muy presentes, tienen mucha actualidad: la honestidad, el respeto a las instituciones y la sensibilidad social. Pero hay que sumarlos a la modernidad, a los desafíos que nos impone el siglo XXI. Creo que todos los partidos se deben renovar, como alguna vez se renovó el Partido Laborista en Gran Bretaña con Tony Blair.

─¿Y encuentra recepción dentro del partido en esa búsqueda?

─Sí, claramente. En esta etapa el radicalismo está viendo con mucha fuerza la renovación dentro del partido. Y eso impactó en mí decisión de ser precandidato a diputado. Recuerdo que hablé con dirigentes del partido antes de una tapa de Clarín, precisamente. Y ese dia les dije que el radicalismo tiene que encarar la agenda actual y de futuro, la de la revolución del conocimiento. Y tiene que liderar la coalición, como en el ’83.

─Liderar, directamente. ¿No sólo ser parte del espacio opositor?

─Eso lo va a decidir la gente cuando vaya a votar en las PASO cuál es la propuesta con la que más se identifica. Pero estoy convencido de que la oposición necesita no ser solo”anti”. Quiero ganarle al kirchnerismo con un salto cualitativo de la oposición. Y eso lo tiene que hacer un partido centenario, como la UCR, que convoque a todos.

Manes, en su consultorio de la Fundación Ineco, que él creó tras regresar al país en 2001, desde Estados Unidos.
Foto: Rafael Mario Quinteros.

Manes, en su consultorio de la Fundación Ineco, que él creó tras regresar al país en 2001, desde Estados Unidos. Foto: Rafael Mario Quinteros.

─La mayoría de los dirigentes de la UCR coinciden en que en los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri el poder se concentró en el PRO. ¿Por qué ahora debería ser diferente?

─Fue así, es verdad. Por eso me costaba identificarme. Yo no pertenecí al gobierno de Cambiemos, pero tenia el corazoncito radical, y el partido era parte del espacio. No me gustaba que no tuviera protagonismo. Hoy esa situación cambió. Veo un radicalismo de pie, con ganas de liderar la coalición, de convocar al PRO, al socialismo, al GEN, de reconstruir la democracia.

─¿Usted representa ese cambio de postura?

─Acá no se trata de mí, ni de nadie. Olvidate de Manes, que puede ser un eslabón perdido en el camino de algo nuevo que nació. El cisne negro de esta elección no soy yo, es el radicalismo que se puso de pie. Esta coalición se armó para darle más entidad a la oposición, para engordarla y ganarle al kirchnerismo en el ’23.

─El kirchnerismo es su rival en esta campaña, entonces.

─Sí, es mi adversario el kirchnerismo. Tengo otro modelo de país, diferente al del kirchnerismo, quiero otra cosa. Siempre dije que sin el peronismo no se puede, pero con el peronismo solo no alcanza. Y en Argentina, ni ahora ni en los gobiernos anteriores, se trabajó para lograr un gran gobierno de coalición, que tenga el apoyo de por lo menos un 60 o 70% de las fuerzas políticas. Uno de los grandes problemas de los argentinos es que perseguimos proyectos narcisistas y personalistas, en lugar de modelos de país.

─¿Se arrepiente de haber dicho que esperaba que Santilli y Rodríguez Larreta no se gastaran los impuestos de los porteños en la campaña?

─Fue sólo una expresión de deseo, nada más. En la política a veces se buscan cosas donde no hay, por eso se hizo lío. No dudo que se va a hacer bien todo. Yo quiero venir a hablar de una nueva agenda, no vine a atacar a nadie, yo me formé para curar, vengo a sanar la política. De mí nunca van a escuchar un ataque, me pueden atacar como en estos días o agredir, pero de mí nunca va a salir. Yo quiero contribuir a la concordia.

─¿Qué respuesta da ante las acusaciones de Elisa Carrió, que avisó que lo denunciará en la Justicia?

─Como ya he dicho al respecto de este tema, mi rival en este camino no es ninguna persona, sino la decadencia en la que Argentina está sumergida hace décadas. Mi pelea está en intentar unir a los argentinos detrás de un propósito común, de un sueño colectivo.​

─¿Conversó recientemente con Santilli y Rodríguez Larreta?

─No, no hablé con ellos en estos últimos días. Con Rodríguez Larreta conversé hace dos meses, y a Santilli, la verdad, no lo conozco mucho. Yo no compito contra ellos, yo compito con la desesperanza, la pobreza, la falta de rumbo, la decadencia argentina, la desnutrición infantil y la falta de paradigma de conocimiento.​

─¿Qué valora del proyecto de país de Rodríguez Larreta? ¿Lo ve presidenciable en 2023?

─No conozco la visión de país que ofrece él. Si me tengo que basar en lo que hizo el PRO en el gobierno de Cambiemos, creo que dieron muchos planes sociales, pero sin salida laboral real.

─O sea que emparenta su gestión con la del PRO de 2015 a 2019.

─No sé, repito que eso lo tiene que decidir la gente. A mí me pone feliz el solo hecho de poner en agenda el debate de un nuevo modelo de país.

─Si bien no fue funcionario de Cambiemos, tuvo un paso por el gobierno bonaerense de María Eugenia Vidal en un cargo ad honorem. ¿O no?

No formé parte de su gobierno, ni de ningún otro con los que he colaborado desde mi disciplina específica. Al asumir, en 2015, Vidal se comunicó conmigo para ver qué aporte podía hacer. Lo hice a partir de la elaboración de un informe, totalmente ad honorem y junto a otros colegas, que reflejó los aportes de las neurociencias cognitivas para pensar soluciones a la pobreza y contribuir al desarrollo integral de la población.

─Comentó que habló con Macri hace unos días. ¿Qué rol cree que tiene que cumplir dentro del armado opositor?

─Me llamó para felicitarme, para decirme que no me estrese y que no le preste atención a las redes sociales. Creo que en la Argentina se debe respetar a todos los ex presidentes. A mí me dan envidia otros países cuando están todos juntos en un acto. Tenemos que recuperar la cultura de escuchar a aquellos que tienen la experiencia de haber gobernado. Hay que respetarlo a Macri, después la sociedad decidirá su futuro.

Facundo Manes dialogó con Clarín sobre sus expectativas de cara a las próximas elecciones. Foto: Rafael Mario Quinteros.

Facundo Manes dialogó con Clarín sobre sus expectativas de cara a las próximas elecciones. Foto: Rafael Mario Quinteros.

─Usted promueve una renovación de la política, pero la lista que encabeza aparece un ex intendente ligado al peronismo, como Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas.

─Nuestra lista representa la diversidad de la provincia de Buenos Aires. Es una coalición que integra el radicalismo, el peronismo y el GEN. Cariglino fue antes funcionario de Cambiemos. Yo no creé mi propio partido politico, entré a una coalición preexistente. Creo que en la lista todos van a estar comprometidos a colaborar porque saben que si no Argentina va a quedar empantanada, como ahora, pero para siempre. Hoy la cancha está injugable.

─Si es electo, deberá legislar sobre las problemáticas de la provincia de Buenos Aires. ¿Son las mismas que las del país?

Son iguales. Desigualdad, pobreza, desesperanza y desempleo. Yo soy de la provincia, conozco sus problemas. Mi familia vive en Salto, mis mejores amigos también. Entiendo la problemática de la agroindustria, hay que apoyar al campo porque es el gran motor del desarrollo argentino, pero no puede ser el único porque sino frente a cada crisis le pedimos que la solucione. Y también conozco el Conurbano, nací en Quilmes. Hay que ordenar el tejido social, fomentar los clubes de barrio y lograr que la gente pueda comprar su pedazo de tierra. El Conurbano es donde más angustia, estrés y miedo hay. Yo quiero abrazar el dolor de mi gente.

─¿Le sorprende que en plena pandemia en la lista del Frente de Todos vaya como segundo precandidato el ex ministro de Salud Daniel Gollán?

─Creo que en una pandemia los funcionarios tienen que quedarse en su lugar y trabajar donde estaban trabajando. Es mi opinión, pero no soy la persona que va a definir qué está bien o mal. La sociedad premiará o castigara esas decisiones.

─¿Como califica la gestión sanitaria del gobierno de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires?

─El manejo de la pandemia del gobierno de Kicillof no fue bueno. La decisión de no retornar a las clases presenciales a tiempo es algo que nos va a impactar por décadas. Los chicos están con miedos, ansiosos. sufriendo. Siempre dije que hacía falta menos miedo y más cuidado. Creo que necesitamos líderes que nos lideren con la esperanza, que nos unan, no que nos guíen con miedo.

-¿La pandemia va camino a terminarse a medida que avance la vacunación?

─Esto es un maratón que no se termina ahora. Recién entramos en la década Covid. Para el año que viene tendremos a alrededor del 70% de toda la población vacunada por completo. No dimensionamos que esto es un tsunami en un país frágil, que no tiene el respaldo de Alemania, y que no lo vamos a poder resolver con slogan o frases.

El lanzamiento de Manes, en Salto, ciudad en la que se radicó su familia cuando era un niño.

El lanzamiento de Manes, en Salto, ciudad en la que se radicó su familia cuando era un niño.

La analogía entre la salud y la economía y qué significa la revolución del conocimiento

Facundo Manes​ participa en política, es un fructífero escritor de libros que se convirtieron en best-seller e incluso se define como un emprendedor. Pero a cada palabra que dice le imprime el sello de médico.

Aun en tiempos de campaña, Manes no dejará de cumplir funciones como neurólogo en la Fundación Ineco que él mismo creó cuando retornó al país desde Estados Unidos, en 2001. “Será una etapa intensa, pero estoy acostumbrado”, dice, sobre la hiperactiva agenda que se le viene por delante al menos hasta las PASO del 12 de septiembre.

Las analogías que hace entre la economía y la salud son una constante. “Si viene un paciente con diferentes síntomas, como fiebre, dolor o mareo, pero yo veo que tiene diabetes, neumonía e hipertensión, que fuma y que toma, le puedo dar algo para bajar esos síntomas, pero voy a tener que discutir la enfermedad sistémica”, explica.

En Argentina, opina, eso no se traslada a los problemas económicos. “Acá no discutimos la enfermedad sistémica. Argentina nunca hizo el tratamiento correcto. Si viene un paciente que sigue mal, pero fue bien medicado, soy pesimista. Pero si lo veo mal porque está mal medicado, voy a tener optimismo. Ese es el caso de Argentina, que tiene un gran potencial aunque estemos sumidos en la desesperanza”, sostiene.

Uno de los leitmotiv de Manes en campaña es apostar a lo que él define como “la revolución del conocimiento”. Según cree “este país no genera la riqueza que necesitamos para darle bienestar a nuestra gente” y eso, considera, se explica por varios motivos.

“A diferencia de lo que creemos, a Argentina no le alcanza para crecer simplemente con sus recursos naturales. Hoy, incluso, los recursos naturales no mueven la economía del mundo. Ejemplifica con que “el 70% de la importación del cacao se concentra en tres países de África, pero que no tienen impacto sobre la industria del chocolate como sí lo tienen Suiza o Bélgica”.

Si bien dice que no le gusta tomar modelos puntuales de países a imitar, cree que Canadá es un ejemplo a seguir, porque tiene parte de su economía basada en las materias primas y otra parte que no. También asegura que el campo es un ejemplo a seguir, ya que “apostó a la genética e innovación, al desarrollo de tecnología”. “Hay que invertir en la investigación y en el desarrollo científico. Argentina sólo invierte un 0,5% de su PBI en ese rubro, mientras que países como Corea del Sur e Israel lo hacen en un 4% y la media de los países desarrollados es un 2,2%”, detalla.

Además, piensa que una vez superada la pandemia se va a rediscutir la relevancia de la salud en la agenda de los gobiernos del mundo. “Las pandemias a lo largo de la historia vinieron a cambiar. Y esta también nos va a cambiar. para bien o para mal, depende de cómo salgamos”, dice. A nivel local, opina que “esta pandemia es la mayor crisis de la historia argentina. Y todavía no terminó”.

Le preocupa, principalmente, el impacto psicológico en la sociedad. “Se diferencia muchas veces entre la salud física y la mental. Y la salud es una sola, incluye a ambas, lo dice la OMS. Acá estamos concentrados en lo físico, nadie habla de la psicoeducación, de cómo ayudar a la gente que está ansiosa, depresiva, apática”, describe.

Para Manes, en Argentina “falta sentido común”. Y lo explica en el hecho de que siempre se está peleando por ideologías y falsos dilemas. “Primero fue cuarentena vs. muerte, después economía vs. salud y después escuelas abiertas vs. escuelas cerradas. Hay que dejar atrás eso, cada intervención mía va a ser priorizando el sentido común y la evidencia, como se trabaja en el mundo desarrollado”, comenta.

Pide, además, explicaciones por el contrato que el Gobierno recién ahora cerró con Pfizer. “Argentina tenía prioridad total sobre el desarrollo de esa vacuna, porque gran parte del estudio se hizo en el país. Hay que explicar por qué no se consiguió antes”, concluye.

Al toque

Entrevista a Facundo Manes. Foto Rafael Mario Quinteros.

Entrevista a Facundo Manes. Foto Rafael Mario Quinteros.

​Un proyecto: Inspirar a la sociedad argentina para dar el paso que cambie nuestro rumbo y nos encamine hacia el desarrollo.

Un líder: Raúl Alfonsín.

Un prócer: René Favaloro.

Una comida: Los ravioles de mi vieja.

Una bebida: Mate.

Una sociedad que admire: La nuestra.

Un recuerdo: El de mi viejo, médico rural, atendiendo en nuestra casa de Arroyo Dulce y Salto.

Un placer: Jugar al fútbol.

Un sueño: Que los argentinos podamos unirnos por un proyecto de país a largo plazo.

Una película: Cinema Paradiso.

Una serie: The Office.

Un libro: “Un antropólogo en Marte”, de Oliver Sacks.

Un desafío: La revolución del conocimiento.

Itinerario

Nació en el Hospital Iriarte de Quilmes, provincia de Buenos Aires, el 11 de enero de 1969. Desde chico vivió en Arroyo Dulce, localidad que pertenece al partido bonaerense de Salto, donde luego se mudó. Está casado y tiene dos hijos. Es médico neurólogo y neurocientífico, graduado en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Cambridge, Inglaterra, donde obtuvo el doctorado en Ciencias. En 2001 regresó a la Argentina y creó el Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y la Fundación Ineco para la investigación en neurociencias cognitivas. Es investigador del Conicet y tiene más de 230 investigaciones publicadas en las revistas científicas internacionales de mayor prestigio. Afiliado a la Unión Cívica Radical desde 1992, es precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires por ese partido y dentro de la coalición Juntos.

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