Sergio Federovisky le dijo a Clarín que lo de Corrientes “no necesariamente es el resultado de un fracaso” y que hay que ver “todo lo que se ha hecho”.
“Indudablemente Corrientes es parte de un escenario sumamente adverso, dentro de un territorio que desde hace dos años está atravesando una sequía muy pero muy profunda, con valores de precipitaciones que están entre un 30 y un 40 por ciento por debajo de lo habitual”, dice en una entrevista con Clarín Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable. “Justamente los Esteros del Iberá, la referencia acuática de la provincia, están en un nivel de sequedad absoluta”, agrega.
Las imágenes de los incendios en la provincia de Corrientes parecen tomadas de lugares como Siria o Uganda. Según el último informe del INTA, hay más de 500.000 hectáreas arrasadas. Se observa un territorio fuera de control, con escenas devastadoras protagonizadas por animales muertos, flora calcinada y bomberos exhaustos. “Este panorama se suma al aumento, año tras año, de la temperatura promedio que somete a la vegetación a un estrés hídrico cada vez mayor y hace que el panorama sea verdaderamente muy adverso.
Ante la consulta de Clarín sobre si la espera de lluvia es el único remedio con el que apuesta el ministerio comandado por Juan Cabandié, Federovisky no duda: “Seguramente ayudaría a resolver gran parte de los problemas pero no podemos sentarnos a esperar que lleguen las lluvias, por tal motivo estamos trabajando denodadamente y en una clara desventaja respecto de lo que ofrece el ambiente”.
-¿Se dejo avanzar el fuego? ¿Por qué se llegó a este punto tan complejo?
-Porque en las condiciones meteorológicas y climáticas descriptas, el fuego tiene una facilidad de propagarse enorme debido a la presencia del combustible en el suelo, es decir materia orgánica seca que arde con una facilidad inusitada, por eso se habla de que, por el cambio climático, estamos ante lo que se denomina “incendios de sexta generación”, que se caracterizan por cómo arde la vegetación que está sometida al mencionado estrés hídrico. Aun llegando a tiempo, se hace muy difícil evitar la propagación por estas características del ambiente.
-El incendio está sucumbiendo los Esteros del Iberá. ¿Qué riesgos serios hay de perder definitivamente la flora y la fauna?
-Los Esteros tendrán un fuerte impacto que repercutirá en lo económico, algo indiscutible cuando se afectan las forestaciones; también un impacto social indudable cuando se trata, como en este caso, de incendios de interfase que ponen en riesgo bienes y vidas de las personas, y un impacto ambiental notorio, porque por más que no provoquen la extinción de una especie, lo cual es una exageración, sí produce la ruptura de la cadena ecológica natural y pone en peligro la presencia de ciertas especies en esos ecosistemas. Desde lo productivo y lo natural, la afectación será muy alta.
-Se habla de falta de equipamiento y soporte de parte Estado.
-Yo me manejo con datos constatables: entre Corrientes y Misiones, otra provincia que también está sufriendo incendios, hay una docena de medios aéreos del Estado Nacional (aviones hidrantes, helicópteros con helibalde, helicópteros para el traslado de brigadistas y aviones observadores), además de 101 brigadistas también provistos por el Estado, más el aporte de la solidaridad de las provincias de Córdoba y de Buenos Aires.
-¿No es insuficiente ese respaldo de parte del gobierno nacional?
-Eso es otra cuestión. Pero muchas veces los recursos no dan abasto para contener estos incendios, que son un fenómeno distinto de los que ocurrían treinta años atrás, y ahora están tan relacionados al cambio climático.
-Cabandié dijo que los incendios empezaron “con la quema de productores” y que “hay que cambiar hábitos culturales y productivos”. ¿Es así?
-Hay un origen múltiple de los incendios. En el caso de Corrientes hay una mixtura entre incendios derivados de la intencionalidad, o sea gente que fue deliberadamente a prender fuego y no me refiero a productores; hay incendios como resultado de quien limpiaba la maleza de su campo o buscaba recuperar pasturas y producto del viento el fuego se descontroló, y también hay focos producto de la negligencia. Lo que hay discutir es el uso del fuego, que con una situación como ésta debe ser limitado o directamente prohibido.
-¿Piensan intensificar los soportes para intentar que no se siga expandiendo el fuego?
-Vamos a llevar todos los recursos que tengamos disponibles. Enviaremos más aviones y helicópteros en los próximos días, solicitando ayuda a otros estamentos del Estado nacional y recurriendo a las provincias que puedan colaborar, siempre dentro de la Coordinación del Plan Nacional de Manejo del Fuego, como determina la ley.
-¿Hay autocrítica del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible por la reacción que tuvo?
-Siempre estamos abiertos a corregir las acciones, más cuando los resultados son tan complejos como es el caso de Corrientes. Estamos dispuestos a hacer la autocrítica y lo digo en nombre del ministerio en su conjunto, pero entendemos que hemos actuado muy responsablemente.
-¿En qué cambió la gestión de Cabandié y suya, respecto del gobierno anterior?
-Hemos tenido un incremento de presupuesto como nunca antes en la historia y se ha visto en la aplicación de los recursos, que son récord para la provincia de Corrientes. Hay que tener en cuenta que también hay incendios en la Patagonia, donde dispusimos de otros nueve helicópteros.
-¿Cuándo podría llegar a controlarse el fuego en Corrientes?
-Sería irresponsable hacer futurología. Estamos trabajando para que el fuego se termine cuanto antes, pero estamos ante una situación muy compleja. De todas maneras hay que entender que la aparición del fuego no necesariamente implica que el resultado es de un fracaso. En estos momentos Chile tiene más focos de incendio que los que tiene la Argentina.
-En las redes sociales piden la renuncia de Cabandié. ¿Cuál es su opinión como viceministro?
-Entiendo los cuestionamientos, entiendo los enojos, pero insisto: hay que mirar la gestión, lo que se ha hecho, lo que se fortalecido el Plan Nacional del Manejo del Fuego como nunca antes, instalando sistemas de detección temprana de incendios con cámaras de última generación en el Delta del Río Paraná y ahora lo estamos haciendo en el resto del país, estamos invirtiendo en autobombas y en equipamiento que hacía años que no se compraba.
-Todo parece insuficiente…
-Es que no podemos hacer nada cuando hay dos años de sequía tan intensa. Yo me pregunto: ¿si hay un mes de incendios en Australia, se va a pedir la renuncia del primer ministro australiano? Nosotros estamos haciendo, nos arremangamos y hoy el presupuesto del Plan Nacional de Manejo del Fuego es 7 veces más que el de 2019. Y es el resultado de esta gestión.
-En estos momentos tan difíciles, con una provincia en llamas, ¿cómo se explica el cruce que tuvo Cabandié con el gobernador correntino Gustavo Valdés?
-Creo que no es momento de seguir cargando tintas y aumentar una controversia. Creo que lo más adecuado es sentarse a una mesa y cada uno desde su lugar tomar una responsabilidad institucional. Las provincias son las que ejercen el dominio de los recursos naturales, tanto para su explotación como su protección. Y el Estado Nacional recurre con sus recursos ante la solicitud de las provincias.