El equipo argentino viaja a China con su delegación más pequeña en los últimos 24 años.
Beijing levantará este viernes el telón de la 24ª edición de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarán en la capital china bajo estrictas medidas de prevención de coronavirus y dentro de una “burbuja” que mantendrá a todos los participantes aislados del mundo exterior durante los 17 días de competencia. Quince disciplinas de siete deportes reunirán a casi 2.900 atletas de 91 países, entre los que habrá seis argentinos, la delegación más pequeña de nuestro país en este tipo de citas de los últimos 24 años.
Verónica Ravenna es la única con experiencia previa en unos Juegos Olímpicos de mayores y disputará la prueba individual de luge, que es una competencia de velocidad sobre un trineo especial que se frena con los pies y en el que los atletas van tumbados boca arriba.
La porteña de 23 años -que vive desde los seis en Whistler, Canadá, junto a su familia- tuvo su debut olímpico en PyeongChang 2018, donde finalizó 24ª y fue la abanderada argentina en la ceremonia de clausura. Había participado en los Juegos de la Juventud de Lillehammer 2016, en los que había conseguido un séptimo lugar y un diploma olímpico.
En esa cita de los jóvenes de hace seis años también estuvo presente Francesca Baruzzi Farriol, otra de las atletas argentinas para Beijing. En aquella ciudad noruega, la barilochense portó la bandera en la fiesta de apertura y compitió en las cuatro pruebas del esquí alpino: Slalom (10ª), Super combinada (18ª), Super G (28ª) y Slalom Gigante (no finalizó).
A los 23 años, la rionegrina disputará por primera vez unos Juegos de mayores en ese mismo deporte y también será una de las encargadas de llevar la celeste y blanca en la inauguración.
El otro abanderado será Franco Dal Farra, de 21 años y representante en esquí de fondo. Oriundo también de San Carlos de Bariloche e hijo de la esquiadora Inés Alder, olímpica en Albertville 1992, de quien heredó la pasión por este deporte, tendrá en Beijing su primera experiencia en unos Juegos.
“Es el mayor honor que uno puede tener para representar a Argentina. Y llevar la bandera va a ser espectacular. Mi objetivo es dar lo mejor y bajar las marcas que conseguí este año, mientras entrenaba y competía en Europa”, afirmó el rionegrino, top 10 en la clasificación de Distancia del Campeonato Mundial Senior Seefeld 2019, en una entrevista con la agencia Xinhua.
Los otros esquiadores que integran la delegación celeste y blanca son Tomás Birkner de Miguel y Nahiara Díaz de González.
El barilochense, de 24 años, lo hará en la modalidad alpina, en la que ya lleva disputados cuatro Campeonatos Mundiales. Desde 2019, estudia en la Universidad de Utah y forma parte del equipo de esquí de esa institución.
Díaz de González, en tanto, se presentará en esquí de fondo. Con solo 18 años, la nacida en Caviahue, Neuquén, será la más joven de la delegación argentina.
La última integrante del equipo será María Victoria Rodríguez López, que será la primera atleta argentina en competir en un Juego Olímpico de Invierno en patinaje de velocidad.
Nacida en Neuquén hace 30 años, comenzó su carrera deportiva en patinaje de pista, disciplina en la que consiguió varias medallas, incluido un título mundial en los 200 metros contrarreloj en 2012, que luego perdió por doping (según explicó en su defensa, consumió un complejo vitamínico que no sabía que contenía una sustancia prohibida).
Radicada en Estados Unidos desde 2017 para dedicarse al patinaje sobre hielo -aunque compitió en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 sobre ruedas-, en Beijing competirá en la prueba de 500 metros. A fines del año pasado, en el Campeoanto de los Cuatro Continentes, se colgó el bronce en esa misma distancia y consiguió la primera medalla de la historia para Argentina en este deporte.
Argentina firmará en Beijing su 20ª participación en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Se perdió la primera edición, en Chamonix 1924, y se ausentó también en las de Lake Placid 1932, Garmisch-Partenkirchen 1936 y Cortina d’Ampezzo 1956. Desde Squaw Valley 1960 tiene asistencia perfecta.
La delegación de Beijing, con seis atletas, será la más pequeña desde Sapporo 1972, en el que hubo apenas dos representantes, Jorge Lazzarini y Carlos Perner, que compitieron en esquí alpino.
Nuestro país aún no inauguró su medallero en las citas olímpicas de invierno. La mejor actuación histórica de un atleta nacional es, hasta ahora, el 16° lugar que consiguió Oswaldo Ancina en la prueba de Slalom de los Juegos de 1960.
Una gran fiesta dentro de una burbuja
Los Juegos de Beijing se disputarán entre el viernes 4 y el domingo 20 de febrero, en medio de un clima de alerta para evitar un nuevo brote de coronavirus en la capital china, donde esta semana las autoridades aislaron varios bloques de viviendas en distritos norte del centro de la ciudad tras identificar dos nuevos positivos.
Como parte de las medidas tomadas por el gobierno chino para mantener bajo control el virus, los organizadores de la cita olímpica construyeron una “burbuja” que evitará que todas las personas involucradas en el evento -desde staff y periodistas hasta atletas- tengan contacto con la población. Tampoco habrá público, ni extranjero ni local, y las entradas serán distribuidas a las autoridades y a invitados especiales.
Todos los participantes deben presentar dos pruebas negativas antes de viajar a China. Se los testea de nuevo en el aeropuerto antes de dirigirse al lugar donde se hospedarán. Durante los Juegos, tendrán que someterse diariamente a pruebas PCR. Y quienes no estén vacunados -una minoría- deberá cumplir una cuarentena de tres semanas tras llegar al país.
Según algunos enviados de la agencia AP, entrar y vivir en la burbuja es una experiencia surrealista. Al llegar a la capital china, los visitantes se encuentran con trabajadores con overoles, que los reciben y los envían a sus hoteles. Los lugares destinados a los alojamientos están sellados con vallas y custodiados por guardias las 24 horas del día.
Los organizadores, igual, confían en que las estrictas medidas de seguridad no empañarán la gran fiesta de los deportes de invierno, durante la que se disputarán 109 pruebas de quince disciplinas de los siete deportes que componen el programa olímpico. Se repartirán medallas en esquí alpino y de fondo, biatlón, bobsleigh, curling, patinaje artístico, esquí acrobático, hockey sobre hielo, luge, combinada nórdica, patinaje de velocidad, patinaje de velocidad en pista corta, skeleton, saltos de esquí y snowboarding.
Las 13 sedes -algunas existentes, otras renovadas o nuevas- están agrupadas en tres zonas. En la zona Beijing, el principal escenario será el Parque Olímpico, que incluye varias arenas de competencia de los Juegos Olímpicos de Verano de 2008, entre ellas el Nido de Pájaro, el estadio que albergará las ceremonias de apertura y clausura, y el Cubo de Agua, centro acuático que recibirá el curling.
Las otras zonas serán Yanqing, un distrito montañoso a 75 kilómetros al noroeste de Beijing, y Zhangjiakou, un destino de esquí y snowboard a 100 kilómetros de Yanqing.
Cada zona tiene su propia Villa Olímpica y las tres están conectadas por un nuevo ferrocarril interurbano.
El diseño de las medallas -llamadas “Tong Xin” (que significa “Juntos como uno”)- está basado en los medallones con el círculo concéntrico de jade de la antigua China. Los cinco anillos representando el espíritu olímpico están grabados en el anverso, con las palabras “XXIV Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022” alrededor de ellos, rodeados por patrones de hielo, nieve y nubes.
En la parte posterior, el emblema de Beijing 2022, inspirado en el caracter chino para “invierno”, que representa un patinador en la parte superior y un esquiador en la inferior, acompañados por las montañas del país anfitrión, las sedes olímpicas y las pistas de hielo en la parte central.