El acusado es el médico Walter Raúl Zambón (55), que también tiene denuncias por ataques contra una sobrina y una niñera.
El caso es repugnante. Un médico pediatra, ex director de una clínica, padre, tío y padrastro está acusado de distintos casos de abuso sexual. ¿Las víctimas? Su hijastra de 10 años, una sobrina de 19 y una niñera.
Este lunes, Walter Raúl Zambón (55) empieza a ser juzgado por los ataques que sufrió V., la hija de su pareja, cuando tenía 10 años. La acusación es por “abuso sexual de menor de trece años, agravado por resultar gravemente ultrajante para la víctima, por la convivencia preexistente con la misma y por estar encargado de la guarda”.
La audiencia comienza a las 9 en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 de San Isidro, presidido por la jueza Julieta Makintach. Durante la jornada, se espera que declare la víctima y, de acuerdo al desarrollo y la duración, podría hacerlo el propio Zambón.
V. está representada por el abogado Juan Pablo Gallego, el mismo que llevó adelante la querella contra el cura Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abuso sexual infantil y corrupción de menores.
La defensa de Zambón está a cargo del abogado Fabián Améndola, del estudio de Fernando Burlando.
La audiencia de este lunes estaba prevista inicialmente para octubre. Pero Gallego tenía la intención de unificar en un mismo juicio el caso de la sobrina del pediatra, a la que violó durante un tiempo que vino a vivir a su casa. Finalmente, ese juicio arrancaría en abril del año que viene. Por los dos casos, el médico podría recibir una condena cercana a los 25 años de prisión.
Animarse a hablar
Zambón está preso desde el 21 de marzo de 2019. La denuncia que lo llevó a la cárcel fue la que hizo su hijastra once meses antes. Pero a la víctima le llevó diez años procesar y animarse a contar fuera de su círculo familiar el tormento que atravesó mientras convivía con su padrastro.
La pesadilla de V. empezó en la intimidad de su casa cuando tenía 10 años, a fines de 2008. La víctima vivía en el barrio privado Tres Horquetas de San Fernando con su madre y Zambón, oriundo de la provincia de Corrientes. En ese momento tenía un hermano de 9 y una hermanastra de 4 meses producto de la relación del médico y su mamá.
El primer hecho ocurrió justamente en el cuarto de la más chiquita. Según la denuncia de V., ella solía acompañar a Zambón a ver a la beba y él les hacía caricias a las dos. Hasta que en una oportunidad, el médico convirtió esa muestra de afecto en abuso sexual contra la de diez. A partir de esa situación, V. dejó de acompañar a su padrastro a la habitación de la beba.
Ese fue el inicio de una serie de abusos que ocurrieron durante seis meses. Zambón aprovechaba cualquier momento para atacar a V.: cuando estaban en la pileta, en el viaje en auto al colegio y en el propio dormitorio de la víctima. V. compartía la habitación con su hermano y a la noche su padrastro entraba para conversar con ellos. En ese momento ocurrían los ataques.
Si bien los abusos duraron seis meses, V. sufrió el calvario cinco años hasta que se animó a hablar con su mamá. Lo que no imaginó es que lejos de contenerla, la madre empezó a cuestionarla sobre la veracidad de sus dichos y la manipuló hasta que logró que V. terminara diciendo que era mentira.
Así la hijastra de Zambón tuvo que seguir viviendo con la angustia de no tener con quién hablar de lo que la atormentaba, compartiendo el techo con su abusador. Ella dejó de hablarle a su padrastro.
En 2016, una sobrina del médico, N., de la misma edad que V. fue a vivir con ellos. Las dos chicas se llevaban muy bien pero un año después algo pasó en la casa que llevó a Zambón y su pareja a echar a la adolescente. Eso desató la furia de V. que le reprochó a su padrastro y a su madre la decisión. Durante la discusión, resurgió el tema del abuso.
Esta vez la madre de V. tomó una actitud todavía más hostil para con su hija y la amenazó con que iban a quedar todos en la calle, que no iba a poder conocer Europa ni estudiar lo que quisiera. En 2018, la mujer se separó de Zambón y responsabilizó a su hija de la ruptura.
Pero hubo un episodio que llevó a V. a ponerle un punto final al tormento. Fue cuando se enteró que no era la única víctima del médico. N. le contó que cuando Zambón se separó de la madre de V. y se fue a vivir solo, la citó a su departamento para intentar recomponer la relación después del episodio en el que la habían echado de la casa. Esa noche, el médico la violó, según la denuncia de la chica. Esa acusación se convirtió en una causa penal que en la actualidad se encuentra a la espera de ser elevada a juicio oral.
Cuando V. se enteró de lo que le había pasado a su amiga, tomó valor y fue a pedirle ayuda a su padre biológico, Gastón Pérez, para hacer la denuncia en la Justicia. El hombre buscó abogados especializados en abuso sexual infantil y encontró a Juan Pablo Gallego, el autor de la acusación contra el cura Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por pedófilo.
“La madre encubrió a Zambón durante cuatro años. Ya mayor de edad, mi hija le ratifica los abusos sufridos y le hace saber su intención de denunciarlo. Le di todo mi apoyo y por mi edad recordaba el caso del cura Grassi y busqué al abogado que lo metió preso, el doctor Gallego, que es una eminencia en la materia”, dijo Pérez a Clarín.
“Cada día la pesadilla de Zambón está presente en la mente de todas sus víctimas y la mia. El sufrimiento fue enorme”, agregó.
La denuncia de V. quedó radicada en la fiscalía de instrucción y juicio de San Fernando, a cargo de Mariela Miozzo, especializada en violencia de género. Dos meses después, N. se animó a contar su violación cuando brindaba su declaración testimonial en la causa que tenía como víctima a V., lo que derivó en una nueva causa contra el médico.
Lo que siguió después fue un abanico de denuncias y escándalos contra el médico, que en ese momento era director y accionario de la Clínica Privada Beccar. De la investigación por los hechos que sufrió V. se desprendió el testimonio de un psicólogo que detectó signos de abuso en la hija biológica de Zambón, que en ese momento tenía 10 años.
Al mismo tiempo, empezaron a aparecer pintadas en las propiedades del médico y la clínica que lo acusaban de violador. “Doctor Violín”, “Zambón Violador”, decían algunas. Ni V., ni N., ni su padre se adjudicaban las pintadas.
Unos meses después aparecieron más casos: una joven dijo que fue acosada por el especialista cuando caminaba por la calle en Tigre y una niñera que trabajó en la casa también lo denunció por intento de abuso. A Zambón y su pareja también los escracharon y echaron de distintos barrios en los que vivieron, como el barrio San Jorge de San Fernando o un complejo de departamentos en San Isidro.
El escándalo derivó en el pedido de detención contra Zambón que se materializó el 21 de marzo de 2019. En el medio, el médico pidió ser beneficiado con la excarcelación por el coronavirus. No le dieron el beneficio. Para el juicio oral Zambón cambió de abogados: contrató al estudio de Fernando Burlando y este jueves en la audiencia estuvo representado por su socio Fabián Améndola.
Con el cambio en la defensa, Zambón ya consiguió salir del pabellón de violadores de la Unidad Penitenciaria Nº 48 donde estaba detenido y lo trasladaron al penal de Magdalena. “Tras cambiar los abogados que lo defendieron durante más de dos años, recientemente Zambón contrató al estudio del abogado mediático Burlando y casualmente tuvo la ‘fortuna’ de ser trasladado a una celda VIP con un empresario”, denunció Gastón, el padre de V.