El femicidio ocurrió en la localidad de La Clotilde, Chaco. La víctima tenía 30 años y el asesino está prófugo.
Melina Romero (30) esperaba para jugar un partido con amigas en La Clotilde, Chaco, cuando apareció Gabriel Ernesto “Chachi” Aceval (45), su ex pareja, quien la degolló y escapó.
“Le estaba por matar a las dos hijas, pero no vino y cayó ella. Yo la quería mucho“, escribió el femicida sobre una foto de la víctima en ropa interior que subió a su estado de WhatsApp, según contó a Télam un investigador.
Tras el crimen, Aceval huyó a una zona de monte, donde era buscado este martes por más de 70 policías de distintas jurisdicciones. “Trabajó toda su vida en el campo, conoce el monte muy bien y creemos que puede subsistir varios días allí”, agregó la fuente.
Según fuentes policiales, todo ocurrió en la noche del domingo en el complejo conocido como “La canchita de Escobar”, en el barrio San Roque de La Clotilde, donde viven poco más de 3.600 habitantes y está ubicada a 260 kilómetros de la capital provincial.
Romero aguardaba para ingresar a jugar un partido de fútbol cuando el agresor apareció y, sin mediar palabras, la atacó con un cuchillo y le produjo un corte en el lado derecho del cuello.
Rápidamente sus compañeras llamaron a la ambulancia, pero la mujer murió producto de la gravedad de la herida.
Luego del ataque, agentes de las comisarías de las localidades cercanas montaron un operativo para dar con el femicida.
En total se sumaron más de 100 policías a la búsqueda Aceval. “Llenamos la zona de controles vehiculares, patrullajes por toda la localidad y zona rural. Además, todos los puestos camineros están en alerta y uno de los drones parece haber detectado algo de movimiento en una zona boscosa”, precisó la fuerza de seguridad chaqueña.
La investigación está a cargo de la Fiscalía 1 de Ignacio Arana, quien caratuló al expediente como “homicidio agravado por el vínculo en contexto de violencia de género (femicidio)”.
La operación de autopsia indicó que Romero sufrió “una herida cortante que comprendió la cara anterior del cuello, única, que afectó los planos musculares y viscerales de la región, como así también el paquete vascular”.
Tras el crimen, Aceval huyó rápidamente a la zona del monte desde donde realizó varias llamadas a familiares y a la policía.
“Al principio le mandaba mensajes absurdos a la Policía. Es un psicópata, no se mostraba resentido”, describió el mismo investigador, quien agregó que en una de las comunicaciones dijo que debió “haber matado” a un juez de paz.
“La última comunicación que realizó fue con una hermana a la que le dijo que se estaba quedando sin batería”, añadió.
Además de las llamadas, publicó distintos estados de WhatsApp y en uno de ellos escribió que planeaba matar a las hijas de Romero, aunque no estaban en el momento en el que él se presentó en el lugar.
La chicas eran hijas de la víctima con una pareja anterior, aclararon los informantes, mientras que el acusado también había tenido un hijo con otra mujer, aunque murió en un accidente de tránsito cuando circulaba en una moto, añadieron las fuentes.
Actualmente, si bien se había separado hace tiempo, el hombre convivía con la madre de su hijo, ya que la mujer le prestaba una habitación de su casa, indicaron las fuentes.
En tanto, Aceval y Romero se habían separado hacía casi un año y, según los voceros, no había denuncias previas por violencia de género.
Para dar con su paradero, la Policía de Chaco publicó las características del hombre, que mide 1,67 metros, tiene los ojos marrón oscuro, pesa aproximadamente 65 kilogramos, tiene pelo castaño y como seña característica, posee una cicatriz en la espalda de 10 centímetros.