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La tumba de un niño de la Edad de Piedra revela detalles desconocidos sobre los humanos primitivos

Una excavación realizada por un equipo de arqueólogos en un cementerio de 8000 años arrojó luz sobre las prácticas funerarias en la prehistoria

La excavación de un cementerio de la Edad de Piedra en el este de Finlandia ha deparado fragmentos microscópicamente pequeños de plumas de aves, pelos de caninos y pequeños mamíferos y fibras vegetales.

Los hallazgos obtenidos a través del análisis del suelo son únicos, ya que la materia orgánica está mal conservada en el suelo ácido de Finlandia. El estudio, dirigido por la arqueóloga Tuija Kirkinen y publicado en PLOS ONE, tenía como objetivo investigar cómo estos materiales de origen vegetal y animal altamente degradados podrían rastrearse a través del análisis del suelo.

Durante la Edad de Piedra en Finlandia, los difuntos eran enterrados principalmente en fosas en el suelo. En los sepulcros de ese período se ha conservado poca materia orgánica de los objetos hechos por el hombre, pero se sabe, sobre la base de los lugares de entierro en las regiones circundantes, que los objetos hechos de huesos, dientes y cuernos, así como pieles y plumas se colocaron en las tumbas.

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El equipo de excavación de prueba de la Agencia del Patrimonio de Finlandia examinó el yacimiento de Majoonsuo en 2018, ya que se consideró que estaba en riesgo de destrucción. El lugar del entierro estaba ubicado debajo de un camino de grava y arena en un bosque, con la parte superior de la tumba parcialmente expuesta. El sitio fue originalmente delatado por un intenso color rojo ocre, suelo arcilloso rico en hierro que se ha utilizado no solo en los entierros sino también en el arte rupestre de todo el mundo.

En la excavación arqueológica solo se encontraron algunos dientes del difunto que permitieron descubrir que era un niño de entre tres y diez años. Además, se encontraron dos puntas de flechas transversales hechas de cuarzo y otros dos posibles objetos del mismo material. Según la forma de estos objetos y su datación, se puede estimar que el entierro tuvo lugar en el período Mesolítico de la Edad de Piedra, aproximadamente 6000 años antes de Cristo.

El área de la excavación arqueológica
El área de la excavación arqueológica

Lo que hizo que la excavación fuera excepcional fue la preservación casi completa del suelo que se originó en la tumba. Se recolectaron un total de 65 bolsas de muestras con un peso entre 0,6 y 3,4 kilogramos y otras del exterior de la fosa, que fueron analizadas en el Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Helsinki. La materia orgánica se separó de las muestras utilizando agua y, de esta manera, las fibras y pelos expuestos fueron identificados con la ayuda de microscopía de luz transmitida y electrónica.

En este contexto, se identificaron un total de 24 fragmentos microscópicos (0,2-1,4 mm) de plumas de aves. Siete de ellos fueron identificados como provenientes del plumón de un ave acuática (Anseriformes), los más antiguos jamás encontrados en Finlandia. Aunque es imposible de precisar con certeza su origen, puede provenir de ropa hecha con pieles de aves acuáticas, como una parka o un anorak. También es posible que el niño estuviera acostado en una cama de plumas. Asimismo, se identificó un fragmento de pluma de halcón (Falconidae).

El material encontrado en la tumba: arriba y medio, puntas de flecha; abajo, dos incisivos mandibulares permanentes
El material encontrado en la tumba: arriba y medio, puntas de flecha; abajo, dos incisivos mandibulares permanentes

Además, se identificaron 24 fragmentos de pelo de mamíferos, con una longitud de 0,5 a 9,5 mm. La mayoría de ellos estaban muy degradados, por lo que ya no era posible identificarlos. Los mejores descubrimientos fueron los tres pelos de un canino, posiblemente un depredador, encontrados en el fondo de la tumba, aunque también pueden provenir del calzado de piel de lobo o de perro.

Adicionalmente, se encontraron tres fragmentos de fibras vegetales conocidas como “fibras bastas” que provienen, por ejemplo, de sauces o de ortigas. En ese momento, el objeto del que formaban parte pudo haber sido una red que se usaba para pescar, un cordón que se usaba para atar la ropa o un manojo de cuerdas.

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