Con 37 años, sufría un estado depresivo. No pudo superar la muerte de su hermano mayor, Esteban, en un accidente de tránsito. Su tío, Sergio, falleció de un infarto el año pasado.
Nicolás Nardelli es el segundo hijo de Gustavo Nardelli, uno de los dueños de Vicentin, que muere joven. A los 37 años, este miércoles a las 21 fue encontrado sin vida en su casa, y su fallecimiento amplía la tragedia familiar en el grupo empresario santafesino.
Según el parte policial, su cuerpo estaba “colgado, suspendido con una manguera de riego”, y no se observaban a simple vista rastros de violencia en el cuerpo ni sobre el lugar del hecho. Así lo encontró un amigo, que luego de que no contestara sus llamados telefónicos fue a buscarlo a su casa de Campo Timbó, un barrio cerrado de la localidad de Oliveros, a 40 kilómetros al norte de Rosario, en la provincia de Santa Fe.
Nicolás tenía 19 años cuando su hermano Esteban falleció tras sufrir un accidente vial junto a otros ejecutivos de la empresa, en 2003. El choque fue por un despiste en el kilómetro 71, en la autopista Buenos Aires-Rosario, a la altura de Campana. Por esquivar un perro, el auto dio varios tumbos e impactó contra los árboles.
Tras la pérdida de su hermano, Nicolás comenzó a sufrir un cuadro depresivo que no pudo superar. Por ello, la decisión que habría tomado de quitarse la vida no tendría directa relación con la crisis de la empresa familiar, en la cual Nicolás no tenía participación directa.
El año pasado, en medio de la crisis de la agroexportadora, en concurso de acreedores y pocas semanas después del intento de expropiación que llevó adelante el Gobierno nacional sobre la empresa, falleció el tío de Nicolás y CEO de la agroexportadora, Sergio Nardelli, quien también fue encontrado sin vida en su casa, a la misma hora, como consecuencia de un infarto masivo que le provocó la muerte inmediata. Fue el 12 de agosto de 2020, cuando tenía 59 años.
El padre de Nicolás, Gustavo Nardelli, hermano de Sergio -ambos de la tercera generación en la empresa familiar- quiso ser candidato a gobernador en 2019 pero finalmente no consiguió el aval de Juntos por el Cambio. Meses después protagonizó un incidente polémico en medio de la cuarentena y la crisis de la empresa: fue detenido por circular en un yate por el Río Paraná, una práctica que estaba prohibida en ese momento, en los inicios de la pandemia.
El estado actual de la empresa En tanto, el concurso de acreedores de Vicentin continúa tramitándose, a cargo del juez de Reconquista, Fabián Lorenzini. Vale recordar que la empresa se declaró en “estrés financiero” en diciembre de 2010 y dos meses después inició la convocatoria judicial ante quienes les debe US$ 1.350 millones.
A mediados de 2020, el Gobierno nacional impulsó con un decreto la intervención de la agroexportadora y desde sectores kirchneristas propusieron que la empresa sea expropiada. Finalmente, dos semanas antes de la muerte de Sergio Nardelli, el presidente Alberto Fernández, firmó otro decreto que desistió de la medida intervencionista por parte del Poder Ejecutivo y la causa civil y comercial quedó bajo jurisdicción de la Justicia.
Foto Reunión Alberto Nardelli Actualmente, Vicentin negocia la venta de entre el 51 y el 90% de la empresa con un grupo integrado por tres empresas del sector: Viterra (ex Glencore, con la cual la concursada tiene la mayor planta de molienda del mundo: Renova), la Asociación de Cooperativas Argentinas y Molinos Agro, quienes podrían sumarse como accionistas o establecer contratos a largo plazo para utilizar las instalaciones de Vicentin para operar a fason (a cuenta de terceros).
La clave de todos modos, es cómo se pagará la deuda a los acreedores. De hecho, la propuesta de compra-venta debe contemplar una reestructuración y el pago de las deudas de la empresa.
En ese sentido, el juez Lorenzini extendió el período de exclusividad para que la empresa proponga un plan de pagos, antes del 20 de noviembre, y logre el aval mayoritario de los acreedores, antes del 16 de diciembre. De no prosperar ese camino, luego podría haber una propuesta de salvataje por parte de terceros, acreedores o no, y por último la declaración de quiebra.