El barco Open Arms Uno fue presentado y botado al mar hoy en España, en un evento que contó con la presencia de Oscar Camps (fundador de la ONG), Enrique Piñeyro y Joan Manuel Serrat, entre otros. La embarcación tiene 66 metros de eslora y puede acoger a más de 300 personas. Su función será rescatar migrantes en el Mar Mediterráneo
“¿Cómo puedo ayudar?”, preguntó. Era la primera vez que conversaban. Enrique Piñeyro voló hasta Barcelona para invitar a almorzar a Óscar Camps, a quien admiraba por su trabajo humanitario al frente de la ONG Open Arms, y quería sumar su parte. Óscar le contó algunos de los desafíos que enfrentaban, que no son otros que los desafíos del mundo actual: una monumental crisis migratoria que tiene a más de 82 millones de personas desplazadas en el mundo.
Enrique no se quedó con los brazos cruzados: poco a poco y a través de su propia ONG (Solidaire) empezaron a trabajar juntos en diferentes proyectos humanitarios: llevaron donaciones a la India, a Mozambique, relevaron la situación migrante en Senegal, entre otras misiones. Pero Piñeyro insistió en colaborar con algo más. Finalmente, ese momento llegó: la ONG catalana necesitaba aumentar sus labores de rescate en el mar. Es que tan solo en el 2021 ya se han perdido más de 1.555 vidas en el Mediterráneo, según el reporte de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Sin un panorama de una vida digna por delante, son miles las personas que eligen lanzarse al mar desde distintos puntos de África o Medio Oriente para llegar a Europa. Open Arms ya lleva rescatadas más de 7 mil personas en esas aguas, pero el número de migrantes a los que no llegan todavía es demasiado alto. Para eso la incorporación de este nuevo barco llamado “Open Arms Uno” será fundamental en el futuro inmediato.
El buque adquirido por Piñeyro fue construido en Noruega en el 2000 y desempeñó labores de apoyo en alta mar y en tareas de salvamento marítimo en el Mar del Norte. Tiene 66 metros de eslora (de largo), 15 metros de manga (de ancho), y una cubierta de 353 metros cuadrados en la que puede aterrizar un helicóptero para casos de emergencia y evacuación. Además cuenta con 4 lanchas semirrígidas y puede acoger hasta 1000 personas en caso de ser necesario. Cuenta con 31 plazas para tripulación y un hospital con 26 camas.
“La incorporación de este nuevo barco constituye un punto de inflexión para Open Arms, porque nos permitirá llegar más rápido a las zonas de rescate, nos ayudará a proteger la vida de más personas en dificultad y nos permitirá ser más eficaces en nuestra defensa de los derechos humanos de los más vulnerables”, dijeron desde Open Arms. Y explicaron que en la nueva embarcacón se podrá separar a las mujeres embarazadas, mujeres lactantes y niños para que estén en mejores condiciones, se podrá ampliar la tripulación y sumar especialistas de distintas áreas para que asistan a los migrantes. Además, el puente de mando tiene visión 360 grados, algo clave a la hora de detectar posibles personas y balsas en necesidad de auxilio.
En la presentación del barco también estuvo el músico Joan Manuel Serrat, quien se auto define como colaborador y fan de Open Arms. Dijo que seguirá apoyando a la organización en su tarea de rescatar gente del mar, “sacándolos de una muerte cierta y peleando porque la ley de la mar -con la obligación de rescate- se cumpla”, definió.
Además, Piñeyro planea seguir sumando apoyo aéreo a través de Solidaire, la organización humanitaria que creó a partir de la compra de su Boeing 787, con el que recorre el mundo con fines benéficos. Su ONG cuenta con dos aviones que realizan tareas humanitarias como ser traslados de insumos médicos, alimentos o incluso urgencias sanitarias. Durante el último año ha sobrevolado mares de América y África para denunciar la pesca ilegal. Piñeyro es también el fundador en Argentina de la ONG Innocent Project, entidad que trabaja para liberar a inocentes erróneamente condenados.
Para Open Arms por otro lado es un momento bisagra: no solo por el estreno de un nuevo barco sino porque este año se estrenó en distintos festivales la película “Mediterráneo”, donde se cuenta la historia de cómo comenzaron las tareas de rescate en el mar, algo que empezó como un proyecto solidario de verano y se volvió una de las más resonantes tareas humanitarias del mundo.
El mundo mismo vive también un momento bisagra. Según la ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados), la crisis climática provocó más de 30 millones de desplazamientos en 2020. Estos migrantes y refugiados climáticos se suman a las millones de personas que se ven obligadas a huir de sus hogares desesperados, como vimos hace pocos meses en Afganistán.
Según Naciones Unidas, de los 30,7 millones de desplazamientos forzosos que hubo en el 2020, 14 millones correspondieron a inundaciones; 13,6 millones a tifones, ciclones y huracanes; 1,2 a incendios descontrolados; 518 mil a erupciones volcánicas; 137 mil a terremotos; 46 mil a temperaturas extremas; 32 mil a sequías y 988 mil a otras tormentas.
Por otro lado, el número de personas que han huido de las guerras, violencia, persecución y violación de los derechos humanos en 2020 alcanza casi los 82,4 millones, según el informe anual de ACNUR presentado en junio de este año. Es un nuevo y triste récord de personas desplazadas, ya que hasta el 2019 habían 79,5 millones.
Habrá que esperar un poco más para que el Open Arms Uno realice su primera misión, pero el barco ya está en el agua listo para ser utilizado. Y junto a él ya está lista también la tripulación y todo el equipo de Piñeyro y Solidaire. Será la continuación de una tarea titánica pero cada vez más imprescindible.
Sobre la crisis migratoria y el rechazo de Europa a recibir refugiados, Piñeyro dijo a Infobae: “Es una de las cosas que más me escandaliza que esté pasando sobre la tierra: que estemos violando los derechos humanos más esenciales por parte de países centrales que estuvieron rapiñando el África durante siglos y ahora no se hacen cargo de nada”. Su tarea desde el cielo y ahora también desde el agua intenta compensar ese escándalo. No será nunca suficiente si esta misión no se vuelve también la misión de un mundo entero.