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Reino Unido: acorralada y sin poder, renunció la premier Liz Truss

Duró solo seis semanas. Se quedará en el cargo hasta que se elija a su sucesor. Las chances de regresar de Boris Johnson.

Se acabó. La primera ministra británica Liz Truss renunció y lo anunció en menos de cuatro minutos en un discurso frente a Downing St, la casa de gobierno británica. Solo duró seis semanas en el cargo y sumergió a Gran Bretaña en una crisis sin igual. Ella permanecerá en el cargo hasta que un nuevo primer ministro conservador sea elegido “la semana próxima” y ya lo ha informado al rey Carlos III.

En un muy breve discurso frente a Downing St, la premier presentó su renuncia porque no pudo cumplir con el mandato por el que la eligieron.

“Asumí el cargo en un momento de gran inestabilidad económica e internacional”, dijo. “Las familias y las empresas estaban preocupadas por cómo pagar sus cuentas. Fui elegida con el mandato de cambiar esto”, siguió. Y “cumplimos con las facturas de energía”, sostuvo.

Truss anunció su renuncia al rey Carlos III. Foto: ReutersTruss anunció su renuncia al rey Carlos III. Foto: Reuters

Reconoció que “no pude cumplir el mandato” para el que fue elegida y que habrá una elección de liderazgo “que se completará dentro de la próxima semana”.

Con un vestido azul, un rictus en la cara, presentó públicamente su renuncia frente a la prensa, luego de que su posición se volviera simplemente imposible.

Seis semanas de caos

Su tiempo en el cargo ha estado dominado por el caos del mercado, provocado por el mini-presupuesto que anunció el excanciller Kwasi Kwarteng el mes pasado.

A pesar de despedir a Kwarteng la semana pasada y revertir casi todos los recortes de impuestos no financiados que se habían propuesto, la posición de la primer ministra siguió estando bajo presión.

La primera ministra británica Liz Truss estuvo desde la mañana de este jueves al borde del abismo. Fue convocada por el Comité en 1922, la máxima autoridad del partido. Luego apareció el presidente del partido conservador.

Llegó el final para la abrumada primera ministra. Apenas 46 días en el cargo. Todo el país frenado porque la crisis política continúa. Ella podía renunciar, permitir una elección de un candidato de consenso la semana que viene en el partido conservador o que haya un voto de confianza, que la derrocaba.

Truss anuncia a la prensa su renuncia. Foto: APTruss anuncia a la prensa su renuncia. Foto: AP

Es probable que el candidato Tory sea elegido por el partido parlamentario conservador y no por los militantes.

Las chances de Boris Johnson

Frente a este escenario de la renuncia hay dos opciones: o los conservadores consiguen “un candidato común”, que puede ser el ex Chancellor Rishi Sunak o el secretario de defensa Ben Wallace o Jeremy Hunt, el actual Chancellor, o hay elecciones generales, algo que exige el laborismo.

En ese caso, créase o no, podría ser Boris Johnson el candidato conservador porque los Tories no tienen otro para enfrentar una campaña que el laborismo puede ganar ampliamente, como Tony Blair en 1997. Boris es muy popular en las bases militantes, que no fueron los que votaron a Lis Truss en la campaña por el liderazgo, y el 66 por ciento de ellos quieren que Truss se vaya ya.

Los diputados pedían que la echaran

Hora a hora, la crisis era mayor y más desopilante. Catorce diputados pidieron el jueves que la ahora ex primera ministra se fuera inmediatamente después de las caóticas y vergonzantes escenas en la Cámara de los Comunes, cuando los Whips (encargados de mantener el voto partidario) forzaban físicamente y a los empujones a los legisladores conservadores a votar a favor de la ley Fracking.

“Un caos absoluto, total, abyecto”, como describió el periodista británico Tom Bradby en la apertura del noticiero más importante del reino.

El Comité 1922 recibió más de 100 cartas para que echaran a Liz Truss. Foto: ReutersEl Comité 1922 recibió más de 100 cartas para que echaran a Liz Truss. Foto: Reuters

El laborista Chris Bryant denunció el bullying y maltrato de los whips a sus pares conservadores en la noche del miércoles para que votaran a favor de la ley del gobierno sobre fracking. Al menos 14 Tories se negaron a votar.

El Comité 1922 recibió más de 100 cartas para que echaran a Liz Truss. No solo de 84 legisladores sino de ex primeros ministros, ex Chancellor y ministros.

Un caos jamás visto

El Parlamento de Westminster, templo de la democracia y de las más antiguas tradiciones británicas , fue escenario de escenas absolutamente asombrosas en la noche del miércoles. Los ministros conservadores, incluidos Jacob Rees-Mogg y Therese Coffey, insultaron y empujaron violentamente a los parlamentarios conservadores a votar lo que el gobierno les ordenaba votar.

Se votó una enmienda de la oposición laborista, que pedía la prohibición absoluta de la explotación de gas de fracking , mientras que el gobierno de Liz Truss se había manifestado a autorizarla.

Muchos parlamentarios conservadores habían dicho que tenían la intención de votar a favor de esta enmienda, mientras que en algunos de sus distritos electorales, la oposición a cualquier intento de fractura hidráulica es fuerte.

Truss regresa al interior de Downing St. tras anunciar su renuncia. Foto: ReutersTruss regresa al interior de Downing St. tras anunciar su renuncia. Foto: Reuters

Pero el gobierno no lo entendió así y amenazó a los parlamentarios conservadores con represalias. En la Cámara de los Comunes, en el momento de la votación, los diputados se separan físicamente en dos lobbies, según voten “aye” (sí) o “no”. Fue al entrar en estos pasillos que se produjeron los empujones y agresiones.

El jefe de los whip y su adjunto, encargado de la disciplina electoral dentro del partido, fueron vistos saliendo del local enfurecidos, uno de ellos gritando: “Ya no me importa un carajo, renuncio”. Lis Truss había perdido completamente el control del partido.

La pelea con la ministra del Interior

La ministra del Interior, Suella Braverman, anunció su salida del gobierno luego de haber enviado, “de buena fe”, en un “desafortunado error”, información clasificada desde su teléfono móvil personal.

Pero la ministra habría sido expulsada tras una monumental discusión en la víspera con Liz Truss, “gritando” durante más de noventa minutos, según el Daily Mail, en torno a la elección de la política migratoria del país.

Suella Braverman , de origen indio y Mauriciano, se inclina por una política muy restrictiva, sueña con enviar a todos los inmigrantes a los valles de Ruanda, mientras que Liz Truss sería más flexible.Ella tiene ambiciones de reemplazar a Truss.

En medio de todo esto, se ha despedido a un asesor especial del número 10 de Downing Street y se ha abierto una investigación sobre su comportamiento, pero, llegado al punto de no retorno al que parece haber llegado, es solo un detalle. Y Liz Truss anunció que había vuelto a cambiar de opinión sobre el aumento de las pensiones, contradiciendo a Jeremy Hunt, su nuevo y segundo Ministro de Hacienda, en cuarenta y cuatro días en Calle Downing.

El parlamentario conservador Charles Walker, mesurado y serio, apareció lívido, a veces al borde de las lágrimas: “Ya tuve suficiente, tiene que parar. Estoy cansado de estos incompetentes que no piensan en el interés de su país, sino en su progreso personal”.

¿Quién será el sucesor de Truss?

¿Quién será el sucesor de Liz Truss?

Es el gran interrogante. El Brexit y sobre todo su principal artífice, Boris Johnson –a quien se lo vio el miércoles en una playa de la República Dominicana con su dos hijos– lograron vaciar al Partido Conservador de su sustancia y su competencia, que hoy nadie puede identificar con certeza una alternativa creíble para reemplazarla .

Es un día de gran crisis en Westminster. ”¿Qué crees que pasará?, se preguntaban los periodista y los diputados entre ellos en la mañana de este jueves.

Peter West, un prestigioso economista británico, dijo a esta corresponsal: “Mi país me da vergüenza. No es diferente al suyo en estos días”.

Isabel Hilton, periodista reconocida británica y CEO de China Dialogue, tiene una esperanza: ”Con suerte esto será el final de 40 años de esta loca y destructiva economía de mercado en mi país”.

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