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¿ Se está desmoronando Amsterdam?

Socavones, muros de canales que se derrumban, puentes desvencijados: inician una obra gigantesca de apuntalamiento.

Una tarde lluviosa de abril, un fuerte ruido sobresaltó a Marlies Pinksterboer, una diseñadora de joyas en Ámsterdam.

“Fue como si una parte de un edificio se hubiera derrumbado”, dijo.

En la mañana vio que había aparecido un gran socavón en la calle al otro lado del canal, y que se había caído un antiguo arbotante que estaba al lado.

Trabajadores de la construcción reconstruyendo el muro del canal en el distrito de Grimburgwal . Foto Ilvy Njiokiktjien/The New York Times.

Trabajadores de la construcción reconstruyendo el muro del canal en el distrito de Grimburgwal . Foto Ilvy Njiokiktjien/The New York Times.

Si hubiera sucedido durante el día, dijo, “alguien fácilmente podría haber caído ahí”.

Pinksterboer empezó a preocuparse por la casa del siglo XVII en el canal en la que vivía.

“¿Se desplomará algún día?”, se preguntó, mientras estaba de pie sobre una de las antiguas paredes de ladrillo en su vecindario de Groenburgwal, una de las áreas más antiguas de Ámsterdam.

El peligro definitivamente no es exagerado.

Ámsterdam, con sus bellos canales bordeados con pintorescos edificios de los siglos XVII y XVIII, se está desmoronando poco a poco.

Están apareciendo socavones en sus pequeñas calles, y casi la mitad de sus 1700 puentes están tambaleantes y necesitan reparaciones, lo que a menudo requiere que los tranvías los crucen lentamente.

A medida que se pone en marcha un enorme proyecto para apuntalar las paredes de los canales, la ciudad comienza a parecer una gigantesca obra en construcción.

El problema es el estado de los muros: unos 200 kilómetros de ellos están tan deteriorados que corren el peligro de derrumbarse en los canales, lo que podría llevarse también edificios y personas.

Al igual que gran parte de los Países Bajos, Ámsterdam se ubica por debajo del nivel del mar.

Construida sobre un pantano y muy ampliada en el siglo VXII, la ciudad está asentada sobre millones de pilotes de madera que sirven como cimientos.

Sorprendentemente, los pilotes aún están en relativamente buen estado, pero fueron diseñados para una época diferente.

“En esa época fueron construidos para soportar el peso de caballos y carruajes, no camiones de cemento de 40 toneladas y demás equipo pesado”, dijo Egbert de Vries, el concejal a cargo del proyecto de reconstrucción.

A medida que la vida moderna cambió a la ciudad, muchas casas fueron fortificadas, pero se hizo caso omiso a los apuntalamientos de las calles y los muros de los canales.

Muchos de los pilotes de madera se han movido, agrietado o colapsado bajo la presión, provocando que los puentes y las paredes laterales de los canales se comben y agrieten.

La reconstrucción llevará al menos 20 años y costará 2 mil millones de euros, unos 2.5 mil millones de dólares, y quizás aún más, calculan los expertos.

En el centro de la ciudad, en el Grachtengordel, actualmente hay 15 puentes en reparación.

Algunos están cerrados, como el Bullebak, que es una parte crucial de la infraestructura de la ciudad.

Los ingenieros intentan evitar el colapso de las paredes del canal a las que está conectado el puente, mientras que al mismo tiempo desenredan una red de cables de electricidad e Internet, líneas telefónicas y otros servicios que hacen uso del puente.

“Es una intervención muy compleja”, dijo Dave Kaandorp, un contratista de obras que trabaja en las renovaciones.

Aun así, muchos ven principalmente las desventajas de todo el trabajo.

A lo largo de varios de los canales más hermosos de la ciudad se han talado árboles históricos para aliviar la presión sobre las paredes de los canales.

Pilotes de acero apuntalan las paredes consideradas en peligro de colapso inminente.

Buzos y técnicos con cámaras acuáticas operadas a distancia buscan las peores grietas.

“Uno hubiera esperado que el Municipio se hubiera ocupado de esto antes”, dijo Kadir van Lohuizen, un fotógrafo holandés.

Vive en una de las 2500 casas flotantes de Ámsterdam.

“En lugar de eso, gastaron todo su dinero en la nueva línea de metro”.

Esa línea, la Línea Norte-Sur, de unos 10 kilómetros de largo, costó más de 3 mil millones de euros y tardó 15 años en ser construida.

A Van Lohuizen y los otros 24 propietarios de botes a lo largo de Waalseilandsgracht les han dicho que tendrán que reubicarse temporalmente para que se puedan hacer reparaciones a las paredes del canal.

“Es un desastre gigantesco. Ahora están construyendo 2 kilómetros por año y hay que reparar 200 kilómetros. Esto podría llevar un siglo”, indicó.

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