María Aída Oliva había desaparecido el martes. Su cuerpo fue encontrado al pie de un cerro.
María Aída Oliva (52) vivía en Mendoza capital. Llevaba dos días desaparecida. La última persona con la que había estado era su exmarido, del que se había separado un año atrás. Los hijos de la pareja dieron las primeras pistas a la Justicia, porque vieron marcas en las manos y los brazos de su padre, Mario Castro Herrera (55), que se transformó en el principal sospechoso del caso.
La fiscal de Homicidios de Mendoza, Claudia Ríos, fue hasta la casa de Castro Herrera para buscar pruebas. El hombre se vio acorralado y terminó confesando el crimen y hasta dijo dónde había escondido el cuerpo.
“Fuimos al domicilio con orden de allanamiento y se procedió a la detención de Mario Castro [Herrera]. En ese momento me hizo manifestaciones a mí, pero le dije que esperara y que hablara con la defensa, pero dijo que había sido él y que el cuerpo estaba en Papagayos”, contó la fiscal Ríos.
Comenzó entonces un rastrillaje de la zona indicada por el asesino. Entre unos arbustos, al pie de un cerro del mirador del Challao, en el oeste de la Ciudad de Mendoza, estaba el cuerpo de la María Aída. Tenía signos de haber recibido golpes y cortes con un objeto punzante.
La mujer trabajaba como empleada doméstica en Guaymallén y vivía en el barrio Cipolleti de la capital mendocina, en las cercanías del lugar donde apareció su cuerpo. El asesino confeso es el padre de los seis hijos que tenía la mujer.
De acuerdo con el testimonio de los hijos, Oliva fue vista por última vez en la siesta del martes 5 de abril. Había ido al barrio La Favorita a almorzar en la casa de uno de sus hijos. Allí se habría encontrado con su exmarido, del que llevaba poco más de un año separada.
Era una relación conflictiva. La hija, quien radicó la denuncia de la desaparición, contó que su padre le había dicho que había estado con la madre el martes y que habían discutido.
Para los investigadores, el caso tiene conexión con otra denuncia que ingresó la misma tarde: cerca de las 19 del martes, un hombre fue apuñalado en la cara cuando intentó detener la agresión de un hombre hacia una mujer, en la misma zona donde apareció el cuerpo.
El testigo dijo que vio al hombre golpear y arrastrar a la mujer. Cuando quiso detener la agresión, fue atacado con un cuchillo que el hombre llevaba en su mochila. Herido en el rostro, el testigo salió corriendo y tuvo que ser curado en el hospital.
En la tarde de este jueves, el testigo amplió su declaración en la Justicia. Todas las pistas conducen a que quien lo agredió fue el ex de Aída Oliva.
Castro Herrera quedó detenido e imputado por femicidio agravado por relación de pareja y violencia de género. Podría sumarse una imputación por tentativa de homicidio, por el caso del hombre al que habría herido.