Puebloo es una plataforma digital que tiene el objetivo de reunir la información de lo que sucede en municipios rurales, desde sus atractivos gastronómicos, actividades turísticas como senderismo y eventos culturales, hasta ofertas laborales y de vivienda, para que más personas los visiten o los elijan como destino para iniciar un proyecto de vida
En la Argentina también sucede: al cumplir los 18 años muchos jóvenes de ciudades chicas o pueblos emigran a urbanizaciones más grandes, buscan las capitales o aquellos lugares que prometen más opciones de futuro. Algunos regresan, pero buena parte inicia la vida adulta en otros horizontes y ahí se queda. Así, muchos sitios se van despoblando. Quizás se llenan de vida en alguna fecha especial, son sede de alguna fiesta nacional, explotan sus atracciones turísticas en vacaciones o fines de semanas largos, pero el resto del año están desolados.
Esta realidad se repite en muchos lugares del mundo y sobre ella decidieron incidir Moisés de la Calle, de 25 años, Javier Cervilla, de la misma edad, y Gonzalo Martín, de 35 ―tres amigos madrileños con raíces pueblerinas― cuando idearon la aplicación Puebloo, a fines de 2020.
“Nuestras familias vienen de tres pueblos diferentes. Mi madre y mi padre son de Santiuste de San Juan Bautista y Nava de la Asunción, en Segovia. Y sobre mis compañeros, que son los dos programadores, la familia de Javier Cervilla es de Guadarrama, un pueblo dentro de Madrid, y la de Gonzalo Martín es de Cardeña, que es en Córdoba”, cuenta de la Calle, que estudia Turismo y un máster en Gestión de Espacios Naturales Protegidos y es el responsable de marketing y comunicación de Puebloo.
Las localidades de las que son oriundas sus familias cuentan en la actualidad con muy pocos habitantes. Santiuste de San Juan Bautista tiene 535; Nava de la Asunción, 2748 y Cardeña, 1473. La más poblada es Guadarrama, que tiene 16.747 habitantes según datos de 2021 del Instituto Nacional de Estadística de España (INE).
De la Calle, Cervilla y Martín notaron que la despoblación, sumada a la poca o nula comunicación entre los pueblos rurales y a la información sobre cada uno dispersa en la web, cooperaba con la invisibilización de estos sitios y decidieron hacer algo para intentar remediarlo y combatir el vaciamiento de esas zonas. Así nació Puebloo, una red social que busca reunir a los habitantes, las organizaciones políticas, los comercios y otras instituciones del medio rural y fomentar la cultura y el turismo para hacerlo crecer.
Reunir información dispersa
La página de inicio de esta red social recibe a sus visitantes con la y la invitación a usar el buscador para encontrar cualquier aldea, poblado o municipio de España y seguirlo para ser parte de su comunidad y la pregunta: “Y tú, ¿de quién eres?”. Así, literalmente, no “de dónde” sino “de quién”, un giro habitual que define el pueblo como familia y progenitor. En la red se puede buscar a los amigos de la infancia, mostrar las tradiciones de los abuelos, añadir eventos al calendario o encontrar un trabajo soñado en un rincón pintoresco que garantice una vida diferente a la urbana.
“Sé parte de la historia de tu pueblo, participando y formando parte de su desarrollo. Como red social, nuestro objetivo es conectar a la población rural y facilitar la vida de los habitantes de los pueblos para frenar la despoblación. Desde Puebloo, pondremos las herramientas necesarias para que encuentres tu pueblo ideal e inicies una nueva vida”, promete el sitio web.
“La idea surgió a finales de noviembre de 2020. Lo que nos impulsó a crearla fue ver que la gran mayoría ―por no decir todos― de los pueblos de España poseen una página web, un grupo de Facebook o de WhatsApp o una app, pero solo de sí mismos. Entonces yo sabía lo que pasaba en mi pueblo pero no sabía nada de lo que ocurría en pueblos que quedan a veinte kilómetros. Así surgió la propuesta de tener en un mismo sitio toda esta información y que tanto la gente de los propios pueblos como la que no vive en ellos ni tiene relación con ninguno pueda ver desde los eventos hasta información relacionada con las oportunidades que hay para irse a vivir a alguno de ellos”, dice de la Calle.
El lanzamiento de Puebloo fue el 28 de junio de 2021, después de que sus creadores hicieran una primera prueba de su funcionamiento con Béjar, un municipio de la provincia de Salamanca. “Durante el año pasado estuvimos haciendo diferentes proyectos piloto y contactándonos con diferentes ayuntamientos de cara a mejorar la aplicación poco a poco”, apunta de la Calle. Una vez que la tuvieron lista comenzaron a difundirla por diferentes canales para que las personas comenzaran a utilizarla. Para eso se valieron de todos los medios de comunicación a su alcance: televisión, radio, medios digitales, periódicos y redes sociales. Los ayuntamientos también se comunicaron con sus habitantes y difundieron la aplicación, ya sea a través de los grupos de WhatsApp y Facebook o con un cartel en lugares públicos.
A menos de un año de su lanzamiento, Puebloo cuenta con más de seis mil usuarios registrados y es utilizada por más de 40 ayuntamientos,“principalmente de las provincias de Cuenca y de Guadalajara”, apunta de la Calle. “Aunque también tenemos ayuntamientos sueltos de provincias como Soria, Teruel, Navarra, Zamora, donde está habiendo más publicaciones”, agrega.
Cómo funciona
Puebloo es, esencialmente, una red social: cualquier persona, municipio, organización cultural o negocio de cualquier parte del mundo puede registrarse con un correo electrónico, un nombre y una contraseña y publicar o acceder a las publicaciones de otras cuentas. Lo que buscan sus creadores es “conectar a la gente que vive en los pueblos con la gente que vive en las ciudades y en otros países”. De hecho, cuenta de la Calle, se han registrado muchas personas de países sudamericanos como Argentina, Colombia, Venezuela y Ecuador.
El feed, donde usuarios y usuarias pueden consultar las publicaciones, y la sección para compartir eventos ―donde se anuncian las fechas de las fiestas patronales de los pueblos, actividades culturales, talleres, cursos de formación y otras ofertas turísticas― es lo que más atrae a los usuarios de Puebloo. Eso concreta, a la vez, uno de los objetivos principales de los impulsores de esta red que la diseñaron para que fuera una plataforma en la que las personas pudieran enterarse de todas las actividades que se ofrecen en sus propios pueblos y en los que están en los alrededores.
“Visibilizar todo lo que hay en los pueblos, independientemente de su tamaño o número de habitantes, es una de las metas, que va de la mano con intentar frenar la despoblación. Buscamos que cualquier persona que se quiera ir a vivir a un pueblo de España pueda ver en un solo lugar las viviendas, los servicios, las ofertas de empleo. Tratar de acercar esa información para quienes se quieran instalar y también para quienes quieran visitar y conocer los pueblos”, dice de la Calle.
También, a través de sorteos de productos típicos que se fabrican en los diferentes sitios o de estadías los fines de semanas en estancias y casas rurales con visitas a los diferentes puntos turísticos, muchas personas están conociendo lugares de los que antes no tenían noticias.
Si bien es pronto para evaluar el impacto de la red social en sus objetivos más a largo plazo, como sumar aportes a la puesta en valor y a repoblar, de la Calle dice que se reciben comentarios muy positivos de las personas que utilizan Puebloo: “Principalmente son muestras de apoyo y agradecimiento por haberla creado. Muchos están contentos por el hecho de que más personas conozcan su pueblo pero también por la posibilidad de ver lo que sucede en los otros, algo que otras aplicaciones no ofrecen”. También se reciben sugerencias para optimizarla y mejorarla.
En una pasada rápida por Puebloo y sus perfiles en Instagram y Facebook se pueden descubrir las increíbles vistas de Fermoselle, un pueblo Zamorano que maravilló a Miguel de Unamuno; un sorteo para ir a un establecimiento a ver cómo se hace el queso Manchego; propuestas de senderismo; posteos con demandas y reclamos por cuestiones impositivas o de servicios; ofertas laborales y de viviendas o los techos naranjas de Mosqueruela, en Aragón, emergiendo de un campo nevado o los bordados de los trajes de las águedas en los bailes tradicionales de Castilla y León. Una idea que junta el disfrute con la apuesta social.